Opinión

Liberales y Alternativos buscan chivos expiatorios para justificar la derrota

Liberales y Alternativos buscan chivos expiatorios para justificar la derrota

Nada más fácil que buscar en la casa del vecino los problemas que tenemos en la propia. Y eso está sucediendo en el partido Liberal y en los movimientos llamados Alternativos.

Después de conocer los resultados desastrosos, especialmente del liberalismo en el Tolima, en las elecciones de este 27 de octubre, ahora se le quiere responsabilizar de la pérdida de la alcaldía de Ibagué,  al alcalde de Guillermo Alfonso Jaramillo, según una intervención que la empresaria y dirigente Liberal Olga Beatriz González hizo la noche de la hecatombe. 

La líder Liberal sostiene que el responsable de lo sucedido es G.A. Jaramillo, por haber sostenido la candidatura de José Alberto Girón a la alcaldía de Ibagué a toda costa, cuando él no era el indicado por no contar con ese carisma, que según ella, necesitan los políticos para caerle bien a sus electores.

Respetables las críticas que formula la destacada dirigente liberal, pero los hechos indican otra situación bien distinta.

Si bien es cierto, Nayid Salazar Cetina, considerado el vocero del alcalde en los asuntos políticos sostuvo la candidatura de Girón, también lo es que aclaró que era un candidato para jugar en una consulta entre los movimientos alternativos donde se intentaba sacar un candidato único de tanto grupo y secta de izquierda a la Alcaldía. 

Esta propuesta fue derrotada y Girón fue vetado por los Alternativos al considerar que no representaba sus intereses, además, según ellos nunca había militado en ninguno de esos movimientos. 

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Entonces, viéndolo bien, no es tan cierta la imposición por parte del alcalde Jaramillo, ya que ellos aceptaban el resultado de la consulta y apoyarían al candidato que saliera elegido, así no fuera Girón el escogido. 

No obstante que este tenía el aval del Mais, que también es un movimiento alternativo, no fue reconocido como tal. Salió a flote el sectarismo y el dogmatismo que ha distinguido históricamente a ciertos sectores de la izquierda. 

Esta consulta fracasó, pero en cambio sí se realizó una reunión de amigos donde fue acordado el nombre de Hugo Ernesto Zárrate como candidato de los Alternativos, con los resultados que ya todos conocemos. 

Con anterioridad a todo este espectáculo, este columnista había escrito una premonitoria columna titulada "Los alternativos se unen, o se joden" (octubre 18 de 2018), donde se planteaba el eterno problema de la división de la izquierda, y se pronosticaba lo que iba a suceder: la derrota inevitable. 

De tal manera, ahora no se pueden rasgar las vestiduras cuando el fracaso desde hace más de un año estaba anunciado. 

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Eso en cuanto a los movimientos alternativos. Ahora bien, entran los Liberales al escenario con Camilo Delgado, una candidatura que nació con altibajos, empezando por el escaso apoyo que le ofrecieron caracterizados dirigentes de esa colectividad.

 Además, porque el candidato al parecer, quiso realizar una campaña en solitario para mostrar su propia fuerza política y siempre se le vio solo adelantando su trabajo electoral. 

Esta candidatura no levantó el entusiasmo que se esperaba en las bases liberales y en su dirigencia intermedia. Algunos de ellos salieron a apoyar a candidatos de otras colectividades, incluyendo a concejales que lo abandonaron. 

Pese a esta situación, Delgado tuvo la oportunidad de contribuir a cambiar el resultado de las elecciones del pasado domingo 27 de octubre, cuando una semana antes a esta jornada, se reunieron varios candidatos buscando una alianza con posibilidades de triunfo, y cuando surgió un principio de acuerdo realizando una rápida encuesta y que se respetaría al ganador, el candidato Liberal no la aceptó, alegando que ya la encuesta la había realizado Invamer y que él era el favorecido y, que por lo tanto, los demás candidatos se tenían que adherir a su nombre. Esta  propuesta fue rechazada por los asistentes, entre los que se encontraban José Alberto Girón, Alfredo Bocanegra y Leonidas López. 

 ¿Entonces qué se alega? Si tuvieron la oportunidad de cambiar el rumbo de las elecciones en Ibagué y en lugar de responder con generosidad lo hicieron con arrogancia y sobrades. Le pusieron palos a la rueda.  

No es hora de buscar chivos expiatorios para justificar derrotas. Es el momento de encontrar a los responsables de la bancarrota del liberalismo del Tolima para colocarlos en el lugar adecuado.

 

 

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