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Opinión

Las piedras del camino

Las piedras del camino

Por Juan Bautista Pasten G.


Este es el sentido metafórico que hemos otorgado al título de la presente columna, es decir, las “piedras” representan aquí los elementos, internos y externos, que debemos sortear, inteligentemente, para el desarrollo creciente de nuestras vidas.

Es cierto que todos nacemos, vivimos y nos desarrollamos en distintas circunstancias, ya sean sociales, culturales, económicas, sin embargo, también es cierto que todos nos vemos enfrentados a una diversidad de situaciones, las cuales, pueden allanar o dificultar nuestro quehacer en el mundo. Sin duda, para la mayoría de los seres humanos predominan, más bien, los eventos dificultosos por sobre los que favorecen.

Por lo pronto, en la lengua española, existe el concepto de “rémora” para referirse a los impedimentos personales y/o colectivos. Estás rémoras son las destinadas a erradicar o transformar en beneficio propio y de quienes nos rodean. Son las piedras a utilizar o desdeñar para nuestro crecimiento pleno.

Ciertamente, la Vida es un misterio a descubrir y dilucidar, es una tarea que implica tiempo y disposición, ya que no se resuelve rápida ni fácilmente. A algunos se les va la vida entera en esa faena y muchos acaban por descubrirse jamás.

En este contexto, las trabas existenciales (“piedras”) constituyen aspectos que, en gran medida, posibilitan acrecentar ese anhelado conocimiento y comprensión de nosotros mismos. Esas piedras pueden convertirse en sabias y resilientes lecciones de acción, cambio y fortalecimiento.

Siempre hay y habrá trabas y obstáculos en nuestras existencias, nadie está ajeno a ellos, no obstante, ninguna barrera humana es insalvable ni irremediable. Todo es posible de superar, abstraer o transformar en avance y bienestar de cada uno de nosotros. Para esto, eso sí, resulta imprescindible contar con la adecuada energía mental, vitalidad emocional y ánimo dispuesto que permitan darle buen y oportuno propósito a nuestra vida.

Ahora bien, las piedras del camino – el nuestro, el de todos – se manifiestan de diversos modos, tanto sociales, por ejemplo, problemas familiares, económicos, educacionales, comunitarios, políticos, vivenciales como, también, particulares, vale decir, miedos, carencia de autoestima, desgano, abulia, pesimismo, aislamiento. Como dijimos en un principio, la existencia está plagada de piedras, pequeñas y grandes, a apartar o a usufructuar para construir peldaños que apuren nuestro crecimiento.

Es preciso señalar, además, que, en ocasiones, estas piedras son personas o grupo de personas, incluso cercanas y, queridas por nosotros, las cuales, por diversos motivos, restringen o impiden nuestro avance pleno o viceversa (nosotros en impedientes para ellos y ellas).  Muchas veces, esas personas amadas deben ser dejadas atrás o permitirles avanzar sin nosotros, para no ser obstáculos ni piedras en su trayecto vital o en el nuestro. No es un acto de egoísmo ni indiferencia, sino de auténtico amor.

En consecuencia, las piedras del camino pueden ser amigas y aliadas en nuestro derrotero por la existencia. Al respecto, el libro “Eclesiastés”, de la Biblia cristiana, indica: “Hay momentos en que debemos juntar las piedras y momentos en que tenemos que esparcirlas”, es decir, hay tiempos en que nos ayudan a construir y, en otros, nos permiten defendernos.

El mismo libro mencionado, muestra el episodio donde un pequeño pastor hebreo llamado David logra derrotar al gigante fariseo, de nombre Goliat, con una minúscula piedra lanzada con su resortera.

Entonces, nunca subestimemos el valor y la importancia de las piedras en nuestras vidas, pues, en no pocas situaciones pueden advertirnos de peligros y problemas, pero, además, pueden redimirnos, levantarnos y constituirse en torres fuertes que avizoran y anuncian la victoria sobre aquel limitado ser humano que pensábamos ser y transformarnos en el gran hombre para cuyo destino fuimos creados.

A las piedras del camino, si puedes, échalas sobre tus hombros; si no puedes hacerlo, déjalas atrás… con Amor”. Rumi, poeta y místico persa, siglo XIII.

       *Docencia e investigación en filosofía

         Universidad de Chile

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