Periodismo de análisis y opinión de Ibagué y el Tolima

Opinión

La voz del corazón

La voz del corazón

A nuestra generación, que oímos y vimos a nuestros abuelos y padres propender por un cambio político en Colombia, nos corresponde opinar sobre lo que ocurre en el país. Quizás nunca como ahora tenemos la oportunidad de un cambio verdadero , no de aquellos maquillados durante doscientos años. Por supuesto que creemos —desde el estudio y el debate— en la sociedad que plantean Petro y Francia.

Al señor Hernández lo analizamos como un político sin límites que nos alarma por su concepto escaso de lo que significa el manejo del Estado. Inescrupuloso y aliado de la tradición corrupta e inepta. Abanderado de la anticorrupción pero imputado por sus prácticas ilícitas junto con su familia; que se auto vanagloria por ser millonario y aprovecharse de los necesitados colombianos para hacer su inmenso capital en dólares. Misógino confeso y acosador laboral, irrespetuoso de las leyes estipuladas en la Constitución del noventa y uno.

Lo que más nos llama la atención, con cierto grado de asombro, es la existencia de un gran sector de compatriotas sin futuro, desempleados, por debajo de la línea de la miseria, que apoyan a este vendedor de falsas ilusiones, el que ofende sus condiciones, creencias y prácticas sociales. Uno no sabe si este comportamiento obedece al analfabetismo político y cultural de nuestro pueblo o es porque les gusta ser subordinados y creen que ellos, los ricos, explotándolos, solucionarán sus iniquidades.

Uno no alcanza a entender a una clase media que, habiendo ido al colegio y la universidad, permita ser degradada por un político elemental en todo* (menos en la ofensa) que rompe los niveles de la decencia y desconoce el país y el funcionamiento de la democracia. *Una clase media que, sin tener nada que perder, defiende y vota por los victimarios. Ellos, lastimosamente, causan mayor desconcierto.

Así Petro no logre cumplir todo su programa, en sus cuatro años, por lo menos tendremos la oportunidad de jugar nuestras esperanzas con una persona diferente, que ha luchado durante gran parte de su vida para lograr los sueños de muchos. Sabe cómo hacerlo.

Respaldarlo es una obligación ética, votar por él cubría las expectativas que mi generación, la gran mayoría luchadora de las reivindicaciones, nos moriríamos viendo una parte de nuestros sueños sociales realizados. No conozco a Petro en persona, pero sé y siento que hará un honesto y eficaz gobierno.

Cuando vi la Plaza de Bolívar de Bogotá llena, con más de sesenta mil personas, confirmé el amor y el reconocimiento que los bogotanos le tienen por su buena alcaldía. Con ilusión de poeta saldremos a agradecer en el futuro los avances por el bienestar de los desposeídos. Dejo esta constancia, no importa para quién, pero tengo la seguridad de que, lo aquí escrito, está también en mis ocho novelas publicadas, mi libro de relatos Los velos de la memoria, y, sobre todo, en mi convicción y mi corazón.

Jorge Eliécer Pardo
Escritor

Siguenos en WhatsApp

Artículos Relacionados