El ejercicio de escribir una columna semanal no es fácil, aunque en la ciudad de la música vivimos en un reality de comedia, y no necesariamente de la buena, que alimentarían muchos de estos textos.

Liberales de supuesta racamandaca como Rubén Darío Rodríguez, ex alcalde de Ibagué, Oscar Berbeo y William Castro, exconcejales, le hacen campaña a Andrés Felipe Hurtado, el candidato del partido conservador, y uno piensa en qué mundo los representantes de las ideas liberales defienden a los representantes de las ideas conservadoras. Bueno, en Ibagué.

En esta tierra de ocobos, las acusaciones son el pan nuestro de cada día. Un diputado, dos años después de elecciones, acusa a dos congresistas de que compraron votos. En respuesta y para empatar la cosa, un abogado lo acusa de un supuesto acoso sexual que ocurrió en el pasado. Un candidato a la alcaldía, en medio de un proceso legal por mal uso de los bienes del estado, acusa a otro de corrupto y de liderar un cartel de la contratación. El otro responde con anuncios de demandas penales por injuria y calumnia que por estas tierras son más comunes que las buenas noticias para los ibaguereños.

Pinto dice que será un gobernador para Ibagué y lanza su plataforma de proyectos para la capital, especificando cuáles vías intervendrá para facilitar la movilidad.

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Rosmery repica: “Yo también será una gobernadora para Ibagué” y promete bajar los precios de los tiquetes aéreos a Bogotá entre otros compromisos resumidos en 10 frases mientras pide que no la sienten con los otros dos candidatos porque son indignos de su presencia, por aquello de que, según ella Orozco, es un corrupto condenado y el otro un “violentador” de mujeres. Orozco, mientras tanto, ha tenido que pasar varias semanas diciendo que sufre de bullying y que no está inhabilitado.

La lista de candidatos al concejo de la ASI, partido que avala a Orozco, se fue con José Barreto, José Barreto dice que lo persigue su primo, el gobernador que denigra de él en todos los escenarios posibles, Miguel Barreto, el senador del
gobernador, dice que su estructura votará por Hurtado pero que él apoya a su hermano. Qué tal el trabalenguas.

De la política atada a los principios y la ética que señalaba Aristóteles llegamos a la política de Maquiavelo, es decir la búsqueda del poder por el poder, y siguen su manual para tratar a amigos y a enemigos porque como escribió en El Príncipe: “De los hombres puede decirse generalmente que son ingratos, hipócritas, temerosos del peligro y ansían realizar ganancias. Mientras se les ofrece beneficios y el peligro es remoto, son adictos, ofrecen su caudal, vida e hijos, pero cuando se necesita su sacrificio y el peligro está cerca, se rebelan”