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Opinión

La paz desde mi experiencia

La paz desde mi experiencia

Por Erickson Rojas


Voces a favor y en contra de estos acuerdos se escuchan en cada rincón del territorio nacional. Cada uno desde su propia perspectiva; algunos como víctimas, otros acorde a sus intereses políticos, y otros más quienes estuvimos directa o indirectamente involucrados en aquella dolorosa etapa, en la que las guerrillas de las FARC atacaban indiscriminadamente las poblaciones, dejando una estela de muerte, dolor y desolación que aún retumban en la memoria de quienes allí habitan.

Los que hemos creído que la firma del Acuerdo de Paz ha servido en la reducción de masacres a miembros de la fuerza pública, ataques insurgentes a municipios, desplazamientos, secuestros y demás, también reconocemos que estos acuerdos presentan enormes vacíos en su implementación.

Temas como la devolución total de bienes de las FARC adquiridos de forma ilícita y que se destinan en la reparación de las víctimas, la desaparición de cientos de personas sin que los máximos jefes guerrilleros declaren ante la JEP qué hicieron con ellos, el reconocimiento de delitos de forma colectiva o individual en hechos de violencia, son apenas algunos cuestionamientos a los que la guerrilla no se ha comprometido a contar toda la verdad. 

A pesar de ello, con todo y sus errores, creo que el país ha tenido un avance significativo en la reducción de la violencia a partir de la implementación de los acuerdos. Quise conocer la opinión de algunos amigos; hoy colegas, con los cuales viví muchas experiencias por allá en la década de los 90 y parte del 2000, cubriendo noticias de guerra, cuando en nuestro departamento las balas y cilindros de la guerrilla acababan con todo lo que encontraban a su paso.

Muchas veces arriesgamos nuestras vidas cumpliendo con nuestro deber de mostrarle al mundo a través del lente de mi cámara la atrocidad de la guerra, siendo yo apenas un joven recién graduado de bachiller que ya me encaminaba en ese trasegar de los medios de comunicación. A todos los que consulté, coincidimos en lo mismo: “le ha hecho más bien que mal al país la firma de los Acuerdos de Paz”.

María Elsy Morales, experimentada reportera y periodista, quien fuera corresponsal del Noticiero Nacional y Noticias Caracol, y con quien compartí muchos viajes de trabajo, me expresó: voté SI en el referendo. Los hechos han demostrado en lo que respecta al departamento del Tolima que podemos movilizarnos por todo el territorio sin la zozobra de antes. Con ello no quiero decir que nunca sucedan hechos de violencia protagonizados por los grupos disidentes o que estemos viviendo un remanso de paz. En el Tolima ya no conocemos de elevadas cifras de extorsiones, masacres y hostigamientos a los ciudadanos en las poblaciones. Esto fue pan diario desde el año 2000 y por lo menos una década más. Sin hablar de los ataques violentos a los municipios que los convirtieron en zonas deshabitadas de permanente inseguridad por donde nadie se atrevía siquiera a desplazarse por sus vías y veredas”

Concuerdo totalmente con la visión de María Elsy, con quien estuvimos cubriendo cruentas tomas guerrilleras. Nosotros quienes anduvimos en medio de los escombros, que nos tropezábamos con los cadáveres de policías, soldados, civiles y guerrilleros mutilados, y sentíamos una tristeza en el alma al ver el estado en el que quedaban, sabemos lo doloroso que fue esa nefasta etapa para Colombia.

 Cómo olvidar los ataques de la insurgencia en el año de 1999 a Dolores, Prado, Alpujarra y La Arada. En mi memoria tengo el recuerdo vivo de la toma a Natagaima, Roncesvalles o Ataco, donde la guerrilla nos encerró en una habitación mientras escuchábamos los cilindros bombas destruir el municipio. Era una época donde las Fuerzas Militares, guerrilla y paramilitares se enfrentaban sin piedad.

Los desplazamientos, las masacres en el sur del Tolima, la destrucción de Puerto Saldaña, son capítulos que nunca más deben retomar. Como profesionales siempre fuimos en busca de la noticia. Recuerdo cuando con la corresponsal de Noticias RCN de aquel entonces, ingresamos monte adentro a conseguir una entrevista con el comandante de las FARC en el sur del Tolima, alias “Jerónimo Galeano” o con el jefe del frente Héroes de Marquetalia, alias “Hernán Murillo” a quien dos años después, por cosas del destino, lo filmé ya muerto en la toma de Roncesvalles.

Todas estas experiencias, siento que valieron la pena, porque gracias a ellas tuve la oportunidad de conocer el significado de una confrontación vista desde todas las partes involucradas en el conflicto.

Cerca de nueve millones de víctimas dejó la guerra en Colombia, por eso vale la pena seguirle apostando a la paz. Aquí no debe importarnos cual gobierno la consiguió, se deben dejar de lado los egos e intereses políticos para lograr avanzar hacia la reconciliación.

Falta mucho camino por recorrer, pues no se debe ignorar el aumento de la inseguridad en algunos municipios antes controlados por las FARC y el incremento de las bandas criminales. En el caso de nuestra región, es de resaltar la inversión social que el Gobierno Departamental ha ejecutado en los últimos años en territorios que por décadas fueron controladas por la insurgencia, y que hoy son muestra de transformación y progreso como lo son el municipio de Planadas y sus alrededores en el sur del Tolima.

La paz es el único camino, bien dicen por ahí que es mejor “una paz injusta que una guerra justa”

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