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Opinión

La Palma de Cera no quiere ir a la misa del domingo

La Palma de Cera no quiere ir a la misa del domingo

Por: Mauricio Yepes | Director FENALCE Tolima 


Una buena cantidad de las palmas usadas en la ceremonia, son de nuestro árbol nacional. Que provienen de las partes altas de las montañas de los departamentos del Tolima y Quindío.

Miles de turistas, acuden a observar el bosque formado por esta especie, en zonas agroturísticas tan importantes como el valle de cocora en el departamento del Quindío, sin percatarse que observan una especie en peligro de extinción.

La palma puede llegar a medir hasta setenta metros. Talar una de ellas es perder hasta 200 años de historia, y un miembro valioso en el ecosistema andino. Ellas Proveen de alimento y refugio a múltiples animales. Una de ellos es el Loro orejiamarillo, especie que también se encuentra en peligro de extinción, (solo se tienen registrados alrededor de 81 ejemplares en la cordillera central del municipio de Roncesvalles). Esta ave se alimenta de las semillas y habita en los troncos de las palmas que ya están muertas, pero que se mantienen en pie.

Lograr el establecimiento de nuevos individuos es una tarea casi imposible, la germinación de una semilla en condiciones naturales según Gustavo Morales del jardín Botánico de Bogotá puede tardar de uno a cinco años. Y solo después de 40 años la palma de cera genera flores y frutos.

Asistimos a la desaparición de un paisaje natural único en el mundo. El número de palmas de cera ahí ha disminuido en un 78% desde 1989, por lo que ahora solo quedan unas 2.000 en todo el Valle de Cocora, según un grupo de científicos que ha estado monitoreando la zona.

En septiembre del año pasado la Corporación Autónoma Regional del Quindío (CRQ) evidencióo la quema de ejemplares de palma de cera y el establecimiento de árboles de aguacate Hass en el municipio de Pijao. 810 árboles que fueron retirados hace unas pocas semanas.

El departamento del Tolima no es ajeno a dicha problemática, hace poco más de un mes, se denuncióo que en la zona alta del cañón de Anaime en Cajamarca, la expansión de compañías productoras de aguacate hass estáa afectando los bosques de palma de cera ubicados en esta zona, con la apertura de carreteables, afectando el bosque de palma de cera y numerosas fuentes hídricas.

Nuestras palmas de cera deben ser objeto de un sigiloso cuidado, la única esperanza viable para salvar estos bosques, es la adquisición de estos terrenos por parte del estado y convertirlos en un parque nacional, propuesta que ya se realizó por parte del Instituto Humboldt para la zona tochecito del Valle del cauca.

Invito a los lectores de esta columna a que manifestemos la fe durante la ceremonia del próximo domingo, sin afectar nuestros ecosistemas naturales.

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