Por: Juan José Hernández

Viendo la tabla de posiciones del fútbol profesional colombiano, donde la diferencia es de tan solo seis puntos entre el primero y el doceavo, se podría decir que el nivel tanto de jugadores como de clubes es horrible. Ni hablar de los formatos del torneo. Mala es toda la estructura del fútbol colombiano. El fútbol colombiano es casero y con pocas ambiciones.

Con el pasar de los años se ha vuelto rutina ver las eliminaciones de los equipos colombianos en torneos internacionales: Sudamericana y Libertadores.  A decir verdad, desde hace varios años, ningún equipo colombiano ha logrado destacarse de buena manera en torneos internacionales. La última participación importante la hizo el Tolima, equipo que cayó en octavos goleados por Flamengo de Brasil.

El nivel de la Liga Betplay es regular tirando a mala. Simulaciones, pérdida de tiempo, interrupciones constantes del juego, protestas, un juego displicente y jugadores teatreros y marrulleros es el día a día del torneo colombiano. Los números lo avalan, el promedio de juego efectivo de un partido es de cincuenta minutos, cincuenta minutos de noventa y lo más absurdo es que al final se reponen tres o cuatro minutos. Los equipos no juegan, se la pasan tirados en el piso y los árbitros no colaboran.

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El arbitraje muy malo, pésimas decisiones, mal manejo del Var, no corren, los jugadores controlan los partidos y casi siempre hay polémicas.

La liga colombiana no se dimensiona a un futuro, se conforma con una mediocridad y es sorprende que sea la onceava mejor liga del mundo. Esto también se ve evidenciado en el peso nivel que presentó la selección Colombia en las eliminatorias para Qatar. Jugadores sin alma, sin sangre, cuerpos técnicos perdidos, sin ideas y una Federación que bueno, lo único que importa es la plata.

La situación del futbol colombiano tiene muchos responsables. Se empieza desde las cabezas de los clubes, para los dirigentes el futbol se volvió un negocio y mercadeo y no un deporte que mueve fibras alrededor del mundo. Después se evidencia un cuerpo técnico y jugadores con planteos y estrategias absurdas para afrontar los partidos. Partidos aburridos que producen sueño. Por último, La Dimayor

Será que los equipos colombianos no se cansaran de ser la burla internacional, de que los menosprecien y los miren como presa fácil, porque ese es el futbol de Colombia, una presa fácil. Cualquier equipo hoy por hoy le gana a un equipo colombiano sin exigirse mucho. Y los jugadores colombianos, pidiendo vacaciones y ganándose millonadas.

¿Cuándo será el día que se cambiará esa mentalidad tan pobre y conformista, cuando mejoraremos el futbol del país? De desastre en desastre y juegan porque les toca. Qué difícil es ser hincha de un equipo en Colombia.