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Opinión

La imaginación creadora

La imaginación creadora

Por Juan Bautista Pasten G.


A nuestro juicio, el proceso cognitivo, que va desde la percepción a la inteligencia, encuentra su culminación y cúspide en la Imaginación, en la idoneidad humana de vislumbrar una realidad distinta, más profunda, más bella, más rica de ser conocida y vivenciada.

Por cierto, la imaginación es susceptible de concebir situaciones tanto positivas como negativas, ya que la mente – nuestra mente – a veces, nos complica la existencia ideando hechos restrictivos o aflictivos, que pueden dar un sentido pesimista a nuestra vida. Es una imaginación fallida, dolorosa y coercitiva de nosotros mismos, pues deteriora la autoestima, la resiliencia y las ganar de luchar y de vivir.

Por lo pronto, lo que acabamos de manifestar es una imaginación empobrecida, peyorativa de nuestras expectativas, basada, por lo general, en un penoso y desolador pasado que se prolonga en el porvenir.

Ahora bien, la presente columna apunta a percibir, avizorar y generar aquella imaginación que busca pensar, soñar y concretar – con todas nuestras fuerzas – una realidad, personal y colectiva, en constante y creciente evolución. Esto es posible cuando la imaginación la complementamos y unimos con la creatividad. Esta es la Imaginación Creadora, capaz de idear y construir la sociedad anhelada y necesaria para todos y todas.

Nos parece pertinente, en este momento, señalar una anécdota acaecida al famoso físico Albert Einstein. Luego de una charla dictada por éste, una madre logra acercarse y hacerle la siguiente pregunta: “Maestro, ¿qué libros me recomienda para instruir a mis hijas pequeñas e iniciar su conocimiento de la ciencia? Einstein le responde: “Permítales leer cuentos infantiles, sobre todo de hadas, ya que con ellos mantendrá activa su imaginación”; a lo cual añade: “La imaginación es más importante que el conocimiento”, ya que éste último es limitado, lo que no sucede con la imaginación, que otorga alas al alma para volar, viajar, desocultar y llegar a lugares insospechados.

 La imaginación impulsora de la creatividad, desde la temprana edad, permite generar seres humanos motivados, alegres, resilientes, curiosos y expectantes, por tanto, con la adecuada autoestima, confianza y espontaneidad reflexiva para alejar de sí el desaliento, el aburrimiento, el letargo y el conformismo.

Efectivamente, a esto nos referimos con propiciar y estimular la Imaginación Creadora, vale decir, descubrir y potenciar lo más excelso de nuestro ser – alma, mente y corazón – en la búsqueda y consolidación de mayores y mejores condiciones de vida para la humanidad en su conjunto.

El eximio músico inglés John Lennon, nos dejó un hermoso tema, de título “Imagina”, donde nos habla, por ejemplo, del sueño y la posibilidad de crear un mundo sin limites convencionales, un mundo donde las fronteras no existan y solo sean un recuerdo. Esa es una proyección positiva de la imaginación, donde las ideas avanzan, creativamente, desde la mera expresión onírica a la transformación efectiva de la realidad, comenzando por cada uno de nosotros.

Ahora bien, en la Imaginación Creadora se desarrollan 3 aspectos substanciales: a) la alteración (alter, lo otro, lo de afuera). Es la instancia de estar inmersos y absorbidos por lo externo, por las cosas, muchas veces, dependientes de ellas. b) el ensimismamiento. La posibilidad de “salir” del mundo exterior y “entrar” en el más importante de los mundos, el interior, para examinar y reflexionar en nosotros mismos y nuestra participación en la realidad. c) la acción (práxis, en griego antiguo), que consiste en “retornar” al mundo exterior, fuera de nosotros, pero mucho más fortalecidos, ingeniosos y valerosos.

Por consiguiente, la Imaginación Creadora es un acto de Amor, para con nosotros mismos y nuestro prójimo, es ponernos, realmente, al servicio de la humanidad, de la naturaleza, del planeta y del universo. En efecto, la Creación unifica y armoniza los más trascendentes dones y talentos de todas y cada una de las personas: el Amor, el Gozo, la Bondad, la Sabiduría, la Libertad y la Paz.

Entonces, hagamos y fomentemos la Imaginación Creadora, en cuanto sustrato sólido de nuestro quehacer en el mundo y convertirla, por tanto, en factor substancial de nuestras vidas. Sin duda, ella permitirá el progreso permanente de la vida humana y planetaria.

La imaginación es descubrir lo mejor de nosotros mismos y proyectarlo hacia toda la sociedad”. Lev Vygotsky, psicólogo ruso, siglo XX.

La creatividad está más allá del sentido común”. Pablo Picasso, pintor español, siglo XX.

Para que haya creación, es necesaria la libertad”. Jiddu Krishnamurti, pensador y escritor indio, siglo XX.

*Docencia e investigación en filosofía. Universidad de Chile

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