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Opinión

La coca bovina

La coca bovina

Por: Óscar Perdomo Gamboa - Escritor


No me extrañaría que no estuvieran enterados de la noticia, pues los medios de comunicación han tratado de taparla, dando prioridad a la exviceministra que se contradice en sus mentiras y a la falsa noticia de la prohibición de las plataformas tipo Uber. Por si acaso, en España se detuvo un buque con destino al Líbano que llevaba 1700 vacas y más de 4.5 toneladas de cocaína procedentes de Colombia.

El hecho, caricaturesco y macondiano, obliga a voltear la mirada a Fedegán, quienes, por supuesto, negaron absolutamente toda responsabilidad. Como dato curioso, al revisar los documentos del cargamento, se supo que los bovinos provenían de haciendas de Córdoba, incluyendo una cuyo nombre rima con paupérrimo y es propiedad de un imputado.

La gran pregunta es: ¿investigará el señor fiscal las narcovacas? La respuesta es obvia: no. No lo hará, como no lo hizo con la narcofinca del exembajador Sanclemente, cuyo chivo expiatorio fue un mayordomo mientras ciertos periodistas afirmaban sin saber que estaban al aire que “Sanclemente sí sabía, pero eso no se puede decir”. Otra tragedia familiar de gente de bien que ni siquiera pasa una temporada en los sótanos del infierno.

Es claro que el cargamento en las reses no es de un lavaperros menor que tiene que convencer a la vecina para que se vaya a USA con cápsulas de cocaína en la barriga. Estamos hablando de personas con tradición en la trata de ganado y de estupefacientes, pues la logística tras este viaje es muy compleja, requiere de empresas fachada y multiplicidad de cómplices en diversos niveles de autoridad. El trazo no debe ser tan difícil de seguir, excepto, por supuesto, para un fiscal que realmente protege a los determinadores de delitos.

Se me hace que, como siempre, los “importantes empresarios” tras la coca bovina quedarán en la impunidad. A lo mejor cogen a un grumete del barco y le meten doscientos años de cárcel. Incluso, no me extrañaría que dijeran, como en el libro aquel, que la culpa es de las vacas.

Adenda: Es indignante que el mayor Jorge Mario Molano, acusado del asesinato del joven Santiago Murillo, quede libre por vencimiento de términos tras sus maniobras dilatorias y la inocultable complicidad de los jueces. Es un insulto a toda la ciudadanía ibaguereña, que no puede permitir que los criminales se burlen de sus víctimas y de la justicia.

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