Opinión
Hablemos de la crisis educativa en Ibagué
Por: Marco Hincapié
La educación pública y de excelencia es la única oportunidad que tiene Ibagué para construir un futuro más esperanzador. Solo a través de un sistema educativo de calidad podremos cerrar las enormes brechas sociales que, hoy en día, tienen a nuestra ciudad sumida en el atraso.
La discusión en torno a la educación se fundamenta en tres principios básicos: cobertura, calidad y pertinencia. Infortunadamente, Ibagué retrocedió considerablemente en estos aspectos durante los últimos tres años. De ahí que sea urgente poner en el debate público el tipo de educación que se está ofertando en nuestra capital.
Empecemos por la cobertura. De acuerdo con el Anuario Estadístico, entre 2019 y 2022, cerca de 8.800 niños, niñas y jóvenes están por fuera de las aulas de clase en Ibagué. Lo más preocupante es que la mayoría de ellos deberían estar cursando básica secundaria y media, es decir, son jóvenes que, en lugar de estar estudiando, podrían terminar engrosando las filas del hampa o la informalidad a causa de la falta de oportunidades.
De otro lado, en cuanto a calidad educativa, la situación no es menos crítica. Si bien el Programa de Alimentación Escolar es una de las estrategias de permanencia más importantes, en Ibagué se ha visto una reducción considerable en la cantidad de estudiantes beneficiados.
- Puede leer: Cerca de 240 mil niños de poblaciones vulnerables en el país no están recibiendo alimentos del PAE
Prueba de lo anterior es que, durante el 2019, se entregaban 50.000 raciones diarias, entre almuerzos y complementos alimentarios. Sin embargo, a la fecha, la administración del alcalde Andrés Hurtado solo está entregando 36.904 raciones, es decir, 13.096 almuerzos y desayunos menos que ya no están beneficiando a nuestros niños y jóvenes más pobres.
Pero, sin duda alguna, uno de los principales problemas tiene que ver con la infraestructura escolar. Recordemos que, durante la administración del exalcalde Guillermo Alfonso Jaramillo, el municipio firmó un convenio interadministrativo con el Fondo de Financiamiento de Infraestructura Educativa, FFIE, para construir 26 colegios nuevos.
De tal modo, para la construcción de los 26 colegios el Gobierno Nacional destinó $109.545 millones, mientras que el Municipio aportó otros $84.465 millones. En total, el exalcalde Jaramillo gestionó $217.121 millones para transformar la educación en Ibagué.
Así, antes de terminar su mandato, el exalcalde Jaramillo entregó tres colegios terminados en su totalidad, y otros siete con avances de obra de más del 95 %. El resto de planteles quedaron financiados, contratados, diseñados y con licencias de construcción vigentes. Solo era cuestión de terminar la ejecución de las obras.
No obstante, han pasado tres años y cinco meses, y el alcalde Hurtado tan solo ha sido capaz de entregar siete colegios, mientras que las obras de otras nueve instituciones educativas presentan evidentes retrasos y lo más probable es que no alcancen a estar listas este año.
Por todo lo anterior, nuestro programa de gobierno busca solucionar los problemas que están ocasionando una alta tasa de deserción escolar. Para empezar, es indispensable que terminemos las obras de infraestructura escolar que el alcalde Hurtado no pudo hacer en cuatro años.
Asimismo, es menester ampliar los subsidios de transporte escolar, dotar a los estudiantes de uniformes y textos, fortalecer la enseñanza del idioma inglés y las nuevas tecnologías, y beneficiar con el PAE a la totalidad de niños, niñas y jóvenes de los 60 colegios y 217 sedes educativas urbanas y rurales.
Por supuesto, en cuanto a la calidad, es necesario implementar un ambicioso programa de especialización de toda nuestra planta docente. Requerimos un nuevo estudio que nos permita nombrar nuevos docentes y reubicar a otros, todo ello de acuerdo con las necesidades educativas particulares de cada territorio.
En suma, nuestra intención es despolitizar el debate en torno a la educación. Si queremos una ciudad con más empleo y oportunidades, debemos empezar por recuperar el camino perdido en los últimos tres años. No podemos permitir que siga aumentando la deserción. Al contrario, necesitamos que vuelvan a las aulas esos 8.800 jóvenes desescolarizados.
(CO) 313 381 6244
(CO) 311 228 8185
(CO) 313 829 8771