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Opinión

Fuego amigo

Fuego amigo

Por John César Morales - Administrador de Empresas-Comunicador Social


La escena se ha vuelto recurrente en las mesas de trabajo de los grandes medios de comunicación, especialmente los radiales que gozan de grandes audiencias: un director o moderador, interrumpiendo e interpelando a sus compañeros de trabajo o entrevistados por sus intervenciones (vaya uno a saber si por ser contrarias a sus convicciones o a la línea editorial del medio), generando al radio oyente una sensación de confrontación y en cierto modo censura.

Hace unos días, se presentó una controversia entre varios periodistas de distintos medios, en relación con una investigación de la revista RAYA frente a las actuaciones de un columnista de la revista Cambio en un sonado caso de un supuesto apoyo de empresas bananeras a los paramilitares. Unos a favor de los periodistas que realizaron la investigación y otros a favor del periodista cuestionado; acusaciones hubo, desestimaciones hubo, soberbia hubo y hasta arrogancia por parte de Cambio frente a RAYA un medio independiente.

También se han vuelto recurrentes los episodios de desencuentros entre periodistas, medios independientes y generadores de opinión y los periodistas de los medios tradicionales: nichito llamó Néstor Morales a los espacios y seguidores de los llamados influencers, que a decir verdad vienen creciendo mucho en redes y ganando nuevas audiencias.

Para los usuarios de la red social X (antigua Twitter), ya no es extraño ver las desavenencias, ataques y confrontaciones entre periodistas de distintos medios, básicamente por sus posturas generalmente políticas, pues ya se sabe quiénes están en un bando y quiénes en otro. El más reciente caso se presentó cuando Luis Carlos Vélez, el ahora exdirector de la FM, con sorna y desdén menospreció el trabajo periodístico de Telepacífico, uno de los canales regionales de mayor tradición en Colombia.

Días atrás, en la ciudad de Armenia, el presidente Petro se reunió con los medios alternativos del país, y ordenó que una parte de la pauta publicitaria estatal se fuera para estos medios, como apoyo para su financiación. ¡Ardió Troya! Otra vez desde el periodismo tradicional se lanzaron voces de alerta, peligra la democracia dijeron algunos, pues a su entender, la pretensión del gobierno es convertirlos en cajas de resonancia, tal como aseguran algunos se ha venido haciendo con RTVC medios.

La división de la información parece estar configurándose entonces en torno a tres aristas: el periodismo tradicional corporativo, el periodismo estatal y el periodismo independiente. De ahí es deducible cuáles son sus posturas, lo que resulta llamativo es que de la búsqueda e investigación que debe acompañar a todo medio independientemente de su tendencia, se haya pasado a una ramplona y molesta lucha entre periodistas, en un fuego amigo, donde el colegaje y el respeto por el oficio y la profesión han pasado a un segundo plano. Pareciera ser, que más valioso que la noticia en sí,  lo importante ahora es desdeñar al otro, desestimar al otro, deslegitimarlo y hasta ridiculizarlo, por el simple hecho de opinar distinto, de informar desde otras perspectivas o por investigar otro tipo de cosas.

Lo verdaderamente peligroso de este asunto, es que los medios que siguen auto reconociéndose como “líderes de opinión” y los medios emergentes (generalmente digitales), representan para muchos ciudadanos una opción legítima para informarse, y que estas confrontaciones se trasladen al oyente desprevenido, agudizando y azuzando un país cada vez más polarizado.

No en vano, el pasado 15 de septiembre, el diario Portafolio, publicó el informe anual de polarización, realizado por la Consultora norteamericana Edelman, en su barómetro de confianza global, en donde oh sorpresa, Colombia se ubica junto con Argentina, Estados Unidos, España, Suecia y Suráfrica en el top de países más polarizados del mundo. Esta polarización es evidentemente política y se alimenta, valga decirlo, de la influencia de los medios de comunicación en la sociedad. Es hora de repensar…

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