Opinión
Elecciones en México y la derrota de los medios tradicionales de comunicación
Por: Humberto Leyton
Conocidos los resultados finales de las elecciones en México del domingo 2 de junio, que le dieron una amplia ventaja a la candidata de la coalición Sigamos Haciendo Historia (Morena, PT y PVEM), Claudia Sheinbaum Pardo, de 61 años, constituye no solo un plebiscito de respaldo al presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), también una derrota estruendosa para los medios de comunicación tradicionales del país azteca.
La gran prensa de este país, al servicio de los grandes monopolios económicos y financieros, como en Colombia, sufrió también una gran derrota. Medios como Televisa (orientada por el PRI), TV Azteca, el Universal, Excélsior, y las radios más conocidas, manipularon encuestas, dijeron verdades a medias, mintieron y calumniaron a la candidata de Morena (Movimiento de Regeneración Nacional) y su alianza política, y faltando unos pocos días para las elecciones silenciaron totalmente la campaña.
Sin embargo, el presidente López Obrador, a través de su programa “Las Mañaneras”, rompió ese bloqueo a través de las redes sociales y los medios digitales. El internet y los portales web cobraron una importancia inusitada y se convirtieron en el principal vehículo de información de la campaña de Sigamos Haciendo Historia, contrarrestando en esta forma la descarada parcialización de los medios tradicionales que se oponen al cambio y a las trasformaciones que, desde el principio de la administración de AMLO, viene registrando México en todos los campos: social, económico, cultural, político, y en general, del desarrollo mexicano con la red de ferrocarriles, puertos, vías, la lucha contra la corrupción, el sacar a más de cinco millones de familias de la pobreza absoluta, la democratización de la educación, salud, entre otros.
Lo sucedido con los medios de comunicación tradicionales y más poderosos de México, no es extraño y obedece a una matriz informativa donde los intereses económicos y comerciales de sus propietarios marcan los derroteros y orientaciones, siempre en salvaguarda de sus ventajas y ganancias. Es lo mismo que sucede en toda Latinoamérica, incluyendo a Colombia y en todos los países del mundo, donde los medios de comunicación se convierten en un instrumento de poder al servicio de los más poderosos, donde buscar la verdad de las noticias es lo de menos, y ponen por encima el dinero como el Dios del universo y único elemento fundamental de desarrollo.
Los medios de comunicación forman parte de la superestructura de cualquier Estado, y como tal, cumplen la misión de convertirse en aparato ideológico del sistema y, por ende, utilizados para el adiestramiento e instrumentalización de las masas.
En este orden, los medios mexicanos cumplen sus funciones tal y como lo ordenan sus propietarios de acuerdo con los intereses que defienden. Sin embargo, el surgimiento de portales web y redes sociales independientes y alternativas, surgen como una respuesta a ese monopolio informativo de los medios tradicionales y con una narrativa diametralmente opuesta a la gran prensa, cuentan historias diferentes que defienden los intereses de las amplias masas populares y del pueblo, siempre diferentes y contrapuestos a los de las oligarquías nacionales y transnacionales de los distintos países.
La experiencia de México y de sus medios alternativos, se suman a otra serie de hechos similares que han sucedido en diferentes países, donde los ciudadanos y la opinión de amplios sectores, se niegan a seguir creyendo en una información parcializada, mentirosa y manipulada de los medios tradicionales.
No quiere decir, que no existan medios alternativos también contaminados que no crean confianza ni credibilidad, pero por fortuna, los cibernautas no son tan ingenuos y saben discernir el tipo de información que consumen.
Hemos dicho que el Internet democratizó la información y lo sucedido hace tres días en México es otra muestra de ello. Los portales alternativos e independientes son el vehículo de expresión de quienes se han sentido excluidos, de quienes no han tenido voz en los medios tradicionales.
El contundente triunfo de Claudia Sheinbaum Pardo, es una derrota innegable y estruendosa de los medios tradicionales de comunicación de México, al no solo silenciar la actividad de la campaña de la candidata ganadora, sino calumniarla e inventarles noticias falsas que no calaron en los más de 34 millones de personas que votaron por la continuidad del gobierno de AMLO.
La derrota que sufrieron los medios tradicionales de comunicación de México, es también un triunfo de la democracia.
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