Opinión
El triángulo de los aplazamientos y la honra (parte 1)
Por: José Darío Prieto Sierra
El paisaje de los municipios de Coyaima, Natagaima y parte de Purificación, se encuentran desde varios años atrás tristemente alterado por una obra civil suspendida que a través del tiempo coge forma de “Elefante Blanco”, sin que a muchos colombianos y especialmente Tolimenses, pareciera no querer verlo, ni sentirlo. El Proyecto denominado “Distrito de Riego Triangulo Sur del Tolima”.
Pero a los Tolimenses que sí nos interesa el desarrollo y progreso de nuestra región y el sector agropecuario, nos preocupa saber que va a continuar siendo un proyecto inconcluso y en riesgo de sufrir mayores aplazamientos generados por la falta de voluntad política, carencias financieras, de planeamiento y esfuerzo de dirigentes y gremios que tanto alarde emiten del “hacer” en épocas como la que estamos transitando.
Con fundamento en esa inquietud, en mi condición profesional y de simple ciudadano de esta comarca, me vi abocado a presentar un derecho de petición ante la Agencia de Desarrollo Rural-ADR, entidad responsable de la ejecución del proyecto indagando varios interrogantes sobre el avance de actividades reseñadas en el mentado documento CONPES 3926 de 2018, del cual resultan varias conclusiones que quiero compartir con ustedes en dos entregas.
Como primera medida, debo recordarles que dicho instrumento de planeación de orden nacional dispuso que debía formularse una hoja de ruta en donde se proyectaran todas las acciones tendientes a culminar y poner en marcha el proyecto antes de 2025. Pues bien, el borrador que reporta la ADR que ya va para la 5ª versión de mas tres años de trabajo según se reporta en pasado mes de abril, prevé que las obras finalizarían 6 años después de iniciar obras, es decir 2028 sin modificación de licencia ambiental o 1 a 2 años más, después con modificación o actualización de las licencias ambientales, además de contar con el período de transición gubernamental- cambio de gobierno-, la gestión de vigencias futuras, declaratoria de proyecto de importancia estratégica, aval fiscal por parte de CONFIS, inclusión de parámetros en nuevo Plan Nacional de Desarrollo-PND y demás tramites y “recobecos” que requiere esta clase de proyectos. De esta manera podemos ir esperando hasta aproximadamente a 2032 si el nuevo gobierno y dirigencia regional impulsan con verdadero interés su culminación a pesar de que el documento CONPES hubiese fijado fecha optimista (2025). Con todo, esperamos que este gobierno en su trabajo conjunto deje al menos aprobada, adoptada y formalizada la versión definitiva de la hoja de ruta antes del próximo 7 de agosto.
Por otra parte, las consultorías contratadas producto del contrato interadministrativo No. 225 de 2016 suscrito entre ADR y FINDETER para actualizar los estudios y diseños detallados de la fase III del proyecto, tienen como fecha contractual de terminación entre abril y septiembre de este año, ya cuentan con prorrogas e inconvenientes de recibo, revisión y observación de productos por parte del contratante e interventor.
Entre los productos de estas colaboraciones contractuales está la actualización de un documento importante como es el “Plan Agropecuario” y que, a la fecha de respuesta a nuestra inquietud, se encuentra en revisión a cargo de ADR. Dicho borrador detalla claramente los inconvenientes generados por la intensiva intervención de actividades ganaderas y arroceras en gran parte del área de influencia afectando las condiciones del suelo en sus componentes físicos, químicos y biológicos “con usos desmedidos de consumo de agua, la cual es tomada mediante “tomas no autorizadas” según se detalla en el capitulo del diagnóstico. El reto de este componente del estudio está en recomendar y revertir con el firme apoyo de pobladores y entidades involucradas, las condiciones para implementar las alternativas de desarrollo productivo que en forma eficaz y eficiente dinamice en forma incluyente la economía de la zona y fortalezca el tejido socioambiental de los beneficiarios que los colombianos esperamos con paciencia y optimismo.
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Logrando estas metas a mediano plazo, estaríamos honrando a hombres y mujeres de la región que con empeño y convicción creyeron en el proyecto - porque fallecieron sin ver los avances de la idea - tales como Benigno Capera y Venancio Loaiza quienes fueron a la Republica China y Rusia a ver modelos de riegos y experiencias comunitarias exitosas para sustentar la propuesta, o lideres como Federico Loaiza, Jesús María y Alfonso Loaiza Rodriguez; o campesinos con visión y rigor como Víctor Herrán y Ramon Cacais que recorrieron el área con la firmeza de sus ideales, el poder de su palabra y la certeza de poder redimir de la pobreza a sus coterráneos.
También recordar con gratitud a Jose Nelson Tovar, que sustentó la propuesta en despachos ministeriales, embajadas, gobernaciones, senadores y presidentes de la Republica con argumentos y técnica por su profesión (ingeniero agrónomo) honestidad y amor por el territorio. Así como al senador y exgobernador del Tolima Juan Tole Liz, que con firmeza gestionó los primeros recursos que replicaron en lo que hasta hoy se ha invertido en razón a la gestión de los senadores Luis Humberto Gomez Gallo y Juan Mario Laserna en las primeras fases de inversión y quienes aseguraron recursos en los respectivos presupuestos de la Nación.
Por ello, debemos reclamar de los senadores y representantes a la cámara que representaran a nuestro territorio en el próximo período legislativo, que dicho legado no termine como obra inconclusa y al contrario, gestionen los recursos que ascienden a más de 700 mil millones para culminar y poner en funcionamiento un sueño aplazado de cuya honra debemos soportar.
*Ingeniero Ambiental
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