Opinión
El Tolima en manos non santas
[LetraCapital Letra="C"]omo en la época del medioevo, donde el señor feudal encarnaba el poder omnímodo y no solo sus parientes eran los detentadores del poder sino que tenían derecho de pernada sus más cercanos partidarios, en la Gobernación del Tolima se ha empotrado una camarilla que se apoderó del manejo administrativo y presupuestal de una región que por ello no avanza y cada día se consume en el mar de la corrupción ante el silencio cómplice de unos organismos de control inoperantes y alcahuetes que investigan a los que denuncian y no a los denunciados.
Elegido Oscar Barreto Quiroga por segunda vez, no tuvo empacho en acomodar ladinamente a su amanuense en el gobierno anterior, el sancionado Mauricio Pinto para que oficiara prácticamente como el jefe de contratación, pues es él quien selecciona las hojas de vida de los aspirantes a un cargo o a un contrato, no solo en el estamento departamental sino en diversos municipios y hospitales, que son de la órbita regional ya sea por mandato o por obediencia política. Y para asegurar que todo rodara en forma ordenada nombró a su cuñado Luis Fernando Barros, costeño para más señas, como tesorero General del departamento y a la esposa de su primo Miguel, el Representante a la Cámara, como asesora de cabecera.
Esto no sería escandaloso si no se complementara con un corrillo de empleados que pese a sus investigaciones, gozan del privilegio de posar como los servidores de más alto rango, salario y autonomía, como por ejemplo Olga Lucia Alfonso, sancionada por la Procuraduría (no sabemos si le levantaron la sanción o qué pasó) y hoy Secretaria de Planeación con todo el poder de su carácter dictatorial detrás del trono, el renombrado doctor Andrés Hurtado, Secretario de Infraestructura, el de los piques en el aeropuerto de Perales, por lo cual perdió el puesto y se le abrió una investigación que nadie supo en qué paró, ex alcaldes de la calaña de Carlos Evelio Herrera quien aterrizó en la Secretaría de Salud con su tesorero Augusto Flores, sin esclarecer aún el porqué se guardaron en sus cuentas personales más de 1.300 millones de pesos, (Le puede interesar: Exalcalde de Villahermosa se negó a responder sobre los presuntos actos de corrupción durante su gobierno) el del Guamo, el famosísimo doctor Ospitia que construyó un apartamento en la alcaldía y vivió cuatro años gratis y sin pagar servicios o el ex alcalde de Mariquita, Juan Carlos Acero, quien opera como director de calidad en la Secretaría de Educación sin aclarar todavía lo que pasó en su municipio.
La lista se hace interminable, el rector encargado de la Universidad del Tolima que cumple a cabalidad su función con el aumento de la nómina con los recomendados directos de la franja política que lo apoya, Elsa Victoria Riaño salpicada en la administración de Luis H. Rodríguez y ahora perfectamente acomodada como directora de los manuales de convivencia en Educación, el ex integrante del “grupo oro” Alexander Castro de quien nadie sabe cuál es su oficio o su electorado pero sí que es el más insidioso de los integrantes del grupo de prensa y nos haríamos interminables para indicar quiénes y cómo manejan la Fábrica de Licores, La Lotería del Tolima, el Indeportes con la desgracia de saber que nada pasará porque el Contralor Edilberto Pava es de los mismos y con la Procuraduría Provincial no pasa nada.
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