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Opinión

‘El hurtadismo’, un pésimo chiste

‘El hurtadismo’, un pésimo chiste

Con sonrisa socarrona hemos escuchado algunos rumores y especies sobre la conformación de un nuevo grupo o tendencia política al que han dado por llamar ‘el hurtadismo’, donde aparece como protagonista principal el inepto alcalde de Ibagué, Andrés Fabián Hurtado. 

Los medios y ‘periodistas’, que lo promocionan tienen algo en común: todos ellos cuentan con generosa y abundante pauta publicitaria de la administración local; además de buenos empleos para sus familiares y de uno que otro contrato que manejan a través de personas afines. 

Lo llamativo de este globo que se está inflando no es la formación de un nuevo grupo político en sí, eso lo puede hacer cualquiera, es la materia prima de que se pegan para construir semejante esperpento. Nos parece que el personaje a quien quieren elevar como nuevo ‘jefe político’, carece de los mínimos elementos  que necesita un verdadero líder para asumir tal misión. No tiene capacidad intelectual, la estructura ni el conocimiento político para emprender esta tarea, y como gestor administrativo y de gobierno ha demostrado hasta el momento ser un auténtico fracaso.

Lo único que puede mostrar Hurtado en los 19 meses que lleva de mandato es mucha palabrería y  nula gestión, amén de sus constantes jugadas para buscarle el quiebre al proceso que por los 'piques ilegales', es investigado.

Hurtado es un personaje sibilino, capaz de traicionar en menos de tres años, no solo a su anterior partido político, el Liberal, sino ahora a su mentor político Óscar Barreto, a quien le debe la alcaldía. 

Y este es el funcionario que con los impuestos de todos, algunos medios y ‘comunicadores’ prepagos nos quieren fabricar como el nuevo heraldo de la política ibaguereña; mientras sin ningún sonrojo ni vergüenza callan todas las irregularidades y los manejos oscuros que se mueven al interior de la administración que no vibra como a toda hora quieren hacerlo ver. 
 
La formación de un verdadero líder en los actuales tiempos es distinta a la que nos quieren construir con eso del ‘hurtadismo’, que en la práctica se convierte en una estafa más a los incautos, inocentes y desprevenidos ciudadanos que se crean el cuento. 

Hurtado no tiene nada para mostrar distinto a su cuestionada administración que no ofrece más que desesperanza e incertidumbre. Y esto se refleja en las más de 50 mil firmas que dicen los organizadores de su revocatoria haber conseguido, que suman más de los votos con que fue elegido.

No entendemos de dónde sacan argumentos para posicionar como nuevo jefe político a una persona que no reúne las condiciones mínimas como ya las anotamos. Es una idea por demás descabellada, que no cabe en la cabeza de una persona con conocimientos básicos de política tanto prácticos como teóricos.

Insistimos que se trata de una actitud con intereses particulares bien definidos. Crear artificialmente una jefatura que se encuentra en los niveles más bajos de aprobación de los ciudadanos, que no tiene ninguna fuerza política demostrable para aspirar a tanto, es un absurdo. 

Las únicas condiciones que tiene Hurtado, que se asemejan o se pueden compararse con la de ciertos jefes políticos, es la de ser mentiroso, promesero y demagogo.

Esto del ´Hurtadismo’, fuera de una inverosímil invención de micrófono en decadencia y sin credibilidad, no pasa más allá de ser un mal chiste.

En lugar de dejarse embaucar en quimeras como esta,   Hurtado debería optar por corregir el rumbo de su administración.

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