Por: Humberto Leyton

En las palabras y líneas del escrito elogioso a la ‘obra de gobierno’ del alcalde de Ibagué, Andrés Fabián Hurtado, el exalcalde Rubén Darío Rodríguez, aprovecha para hacer una defensa del miasma que ha dirigido a la capital del Tolima durante mucho años, donde todos los mandatarios que menciona han salido con procesos judiciales a sus espaldas. 

El contenido de la comunicación que exagera en sustantivos lambones, en nuestro criterio, busca en primer lugar agradecer la bondad y los buenos oficios del mandatario local en el nombramiento de sus familiares y amigos en cargos de dirección y de alguna importancia en la alcaldía, como es el caso de su esposa y de su hijo en sendas secretarías de despacho, como de uno que otro contrato para sus amigos; manifestación de agradecimiento que nos parece bien, recordando que son intercambios de favores recíprocos puesto que, Hurtado también recibió favores de “Rubencho”, cuando este ejercía como alcalde. Un algo así como: tú me diste yo te doy, entre dos buenos amigos que no olvidan que con el presupuesto público se pueden hacer muchas cosas, incluso pagar favores mutuos. 

Otro de los aspectos que se desprende de esta desesperada carta, es una defensa que en el fondo no representa nada. El que la suscribe es un dirigente político en decadencia, que en cada campaña política busca a quien pegarse con la bandera que sea para sobrevivir. En sus comienzos fue liberal, luego de Cambio Radical, posteriormente se pegó al sector conservador del exgobernador Óscar Barreto y en la campaña próxima no se sabe cuál será el mejor postor, pero seguro allá estará. 

Parece que el alcalde no tiene quien lo defienda, políticamente, y necesita este tipo de oficios. 

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Pero sin duda, lo más llamativo de la comunicación del exalcalde Rodríguez Góngora, es la defensa de todas las administraciones que de una u otra forma estuvieron o están vinculadas a procesos penales.

Se convierte en un defensor de oficio a ultranza de esa clase política que de una u otra manera está comprometida con el saqueo a Ibagué, con su atraso y sus desdichas. Por mucho que intente suavizar los hechos de corrupción de la administración de Luis H. Rodríguez, nunca podrá tapar que esta ha sido la administración más corrupta que ha tenido la ciudad y que el robo de más de 90 mil millones de pesos de las obras de los escenarios de los fracasados Juegos Nacionales de Ibagué 2015, son un espejismo o que son chismes de la ciudadanía y de los que denunciaron. 

Tampoco nos podrá decir el exalcalde Rodríguez, que la alcaldía de Jesús María Botero, fue un ejemplo de pulcritud, y que la de Jorge Tulio Rodríguez, un crisol. Por mucho que quiera defender a  Los Trillizos, estos tienen grandes responsabilidades en el descalabro y atraso y ostracismo de Ibagué. El abandono de la ciudad, en los últimos años, se debe fundamentalmente a estas administraciones indefensables.

De tal manera que la lamentable carta de “Rubencho” a Hurtado, es también una defensa a todo lo sucio y corrupto que ha contribuido al hundimiento de nuestra ciudad, es un ditirambo cínico y perverso dirigido a quienes no tienen memoria, pero que por los comentarios que se leen en las redes, parece que se le convirtió en un bumerán: la gente recuerda y no es boba. Tiene fresca su memoria. 

Lo único que hay que reconocerle al exalcalde Rodríguez, es que fue honesto con su clase política y defendió a su combo, los mismos que tienen jodido a Ibagué.