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Opinión

El cumplimiento del deber: ¿algo exótico en Ibagué?

El cumplimiento del deber: ¿algo exótico en Ibagué?
Por: Humberto Leyton 

 

[LetraCapital Letra="M"]e llamó la atención la cantidad de visitas y el número de comentarios que tuvo, en breve tiempo, la nota de prensa publicada por este portal, donde el Director de Justicia, Orden Público y Convivencia Ciudadana de Ibagué, Marco Emilio Hincapié Ramírez Jr. hace un balance de actividades de su despacho en lo corrido del año, señalando que simplemente se había limitado a cumplir con la ley, atendiendo el clamor de la ciudadanía. (Ver: Control a la rumba desordenada deja 73 establecimientos cerrados definitivamente)

 

Allí, el funcionario solamente se limita a citar algunas cifras de los operativos realizados, especialmente contra establecimientos nocturnos que no cumplen con las normas establecidas para su funcionamiento, atendiendo el clamor y las quejas de ciudadanos y vecinos de los lugares donde funcionan estos negocios. Aparentemente algo normal, en el cumplimiento de sus funciones y, en las de los que pasaron por el mismo puesto sin hacer nada, dejando a Ibagué hecho un quilombo, como dicen los argentinos.

 

Y más extraño aún, es que después de 21 años de haberse promulgado la ley (232 de 1995) que establece controles para este tipo de establecimientos, las autoridades en todo este tiempo, no se hubiesen percatado de que existía, salvo está, algunas acciones aisladas que se realizaban para justificar el sueldo, pero dejando el problema latente, máxime cuando se trata de la tranquilidad y la convivencia de los ciudadanos donde se encuentra involucrado el orden público y la paz que debe reinar en cada casa, hogar, apartamento, lugar o vecindario; es decir, la calidad de vida que vive una ciudad, poblado, municipio o vereda que está relacionada con poder dormir bien, sin escándalos, riñas ni agresiones públicas.

 

Pensar que estas normas no se cumplían por la labor inescrupulosa que cumplen algunos concejales, elegidos por ese mismo ciudadano que exige el cumplimiento de la ley, cuando a través de su ‘gestión’, intercedían ante los funcionarios laxos y, posiblemente corruptos, para que cumpliera con su deber. Por ello, recientemente observamos cómo algunos de estos personajes, la emprendían en el cabildo local contra los Inspectores encargados de hacer los sellamientos y de controlar que los bares, discotecas, tiendas, cantinas, restaurantes y demás, cumplan con la ley, entre ellas, el derecho inalienable de poder vivir y dormir tranquilos.

 

El debate soterrado montado por algunos cabildantes supuestamente indagando por lo que están haciendo algunos inspectores no fue el objetivo real, lo concreto era un mensaje subliminal a estos funcionarios para que se abstengan de cumplir con su deber, que es llevar la ley a la práctica. Estos defensores de oficio de los establecimientos nocturnos, incrustados en este organismo de representación popular, son los mismos, o al menos, tienen los mismos vicios de los anteriores, que impedía el cumplimiento de las normales legales.

 

Las interferencias de algunos concejales llegan hasta litigar en causa propia. Nos cuentan de uno de ellos que tenía su establecimiento propio llamado “Papa Criollo”, donde los escándalos, riñas y ruido ensordecedor perturban la tranquilidad del vecindario y no fue posible sancionarlo por la policía que le tenía que montar guardia las 24 horas; todo porque el dirigente político de comuna tenía vara con el nefasto exalcalde Luis H. Rodríguez.

 

Nos alegra que la comunidad reclame sus derechos, pero muchos más que sus quejas tengan respuesta efectiva en los entes oficiales encargados de hacer cumplir la ley.

 

Por eso, citamos dos opiniones de los que comentaron la nota. Una que pide que “cierren todos esos establecimientos haber si dejo de beber (…)”, como cura para su mal y otra más seria de quien aparece en su perfil como Alisson Prado, que hace una denuncia:“Me gustaría mucho que le hicieran cierre definitivo a un estanco que queda en el barrio Ricaurte en carrera 11 sur con calle 20 por favor háganle la visita de control después de las 3 de la mañana y verán el relajo, pues hay les venden licor toda la noche y tengo entendido que solo está permitido hasta las 3 de la madrugada. Gracias”.

 

 

Otra de nuestras lectoras, Norma Constanza Fuentes Polania,  denuncia los mismos hechos, en el corregimiento 14, con casetas que están ubicadas frente al CAI de la policía. Hay dejamos en las manos de la Dirección de Justicia, Orden Público y Convivencia Ciudadana, esas peticiones.

 

 

Debido a que la gran mayoría de comentarios han sido de respaldo a la labor de Hincapié Ramírez Jr. y él fue preciso al indicar que solo estaba cumpliendo con la ley; nosotros nos preguntamos ¿el cumplimiento del deber es algo exótico en Ibagué?

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