Ciertamente, de las ideas y el pensamiento socrático se ha escrito bastante, así como de su existencia y su trágica muerte. Empero, siempre es oportuno recordar y acoger muchos de sus argumentos, quehaceres y métodos cognitivos. Sin duda, todos ellos constituyen una sólida base sobre la cual erigir toda buena y necesaria reflexión acerca del ser humano, las sociedades construidas por este y, en fin, sobre la Vida misma.

Por lo pronto, de Sócrates conocemos, principalmente, por su discípulo y amigo Platón y por el historiador griego Jenofonte. Por ellos, sabemos que Sócrates no dejó escritos ni desarrolló metodología alguna. Su labor " didáctica " la efectuó, básicamente, en calles, plazas y mercados, además de sus polémicas con los llamados sofistas, a cuyas reuniones era invitado con frecuencia.

En efecto, muchas de sus nociones acerca del hombre y la vida, han llegado hasta hoy por Platón, el cual lo acoge y ensalza en sus famosos " Diálogos ", donde adquiere un rol protagónico y esencial. Incluso, algunos consideran que el discípulo Platón perfecciona los pensamientos de su mentor.

El pensador Sócrates tiene como objetivo primordial, la Educación Valórica del ser humano, la cual concibe como la forma substancial de construir sociedades ( " polis " ) grandes y fuertes, sustentadas en la Justicia, la Verdad y el Bien.

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¡Esos Valores manifiestan el principio, el desarrollo y la finalidad del pensamiento socrático ! Loable anhelo que, a nuestro juicio, debemos recuperar y consolidar, sobre todo, dada la confusión, injusticia y desesperanza que caracterizan el mundo actual.

Ahora bien, junto con instar y motivar al re-descubrimiento de tan relevantes conceptos y consideraciones acerca del ser humano y la vida, el presente texto busca rescatar instancias éticas, cuyo sentido apunta, precisamente, hacia la adecuada interacción humana, en vistas de generar una sociedad que permita e incremente la calidad de Vida para todos sus habitantes.

Efectivamente, por medio de sus intervenciones y diálogos con diversos interlocutores, Sócrates indica tres modos de posibilitar el crecimiento cualitativo del hombre en su totalidad. Esto se hace patente en las siguientes interrogantes:

a) ¿ Es verdad lo que vas a decir ?
b) ¿ Es bueno lo que vas a decir ?
c) ¿ Es útil lo que vas a decir ?

Por cierto, son preguntas que invitan a examinarnos, que están referidas al cuestionamiento personal ( auto-crítica ), a la consideración - sensible y moral- respecto de quienes hablamos ( capacidad de comprensión ) y a la finalidad de nuestras palabras y acciones ( adecuada convivencia social ).

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Son interrogantes que nos ponen en la disyuntiva respecto a mejorar las relaciones sociales o la satisfacción de nuestras aspiraciones o afanes personales.

Según Sócrates - ojalá todos nos unamos a esta misión - es imprescindible alcanzar esa visión de conjunto, de priorizar el bien común por sobre los deseos individuales, ya que - sin duda - es la mejor forma de propiciar y enriquecer las interrelaciones humanas y lograr - más temprano que tarde - sociedades en las que la Justicia, la Solidaridad y la Verdad no sean ilusiones, sino realidades sólidas y crecientes.

La naturaleza y la sociedad están en constante movilidad y cambio. Es tarea de todos, entonces, transformarnos en seres cuyas existencias armonicen lo natural y lo social, con la convicción de poder edificar un mundo mejor, donde nadie quede excluido.

¡Demos cabida a los tres cedazos de Sócrates, para que la Vida Humana crezca íntegramente y no se convierta en un desoladora involución!

El hombre y la mujer plenos son quienes buscan y luchan por el bienestar social, lo cual se fundamenta en el saber y fortalecimiento de sí mismo.

" Antes de cambiar el mundo, debes cambiarte a ti mismo ". Sócrates.

" Es preferible luchar por el bienestar que la búsqueda de bienes materiales ". Sócrates.

" El autoconocimiento es la base del crecimiento social ". J. Antúnez.

Docencia e Investigación en Filosofía
Universidad de Chile.