Opinión
El asesor Barreto
Podría abonársele al nuevo alcalde de Ibagué, su franqueza cuando confiesa que su jefe político va a estar de cuerpo presente en su administración.
Lo extraño habría resultado que ante la pregunta formulada, el alcalde Hurtado hubiera negado a su mentor, como es la costumbre en estos casos, pues la respuesta que ha sido la constante en las muchas ocasiones que se han presentado situaciones de esta naturaleza, es la de responder con evasivas o frases de cajón: “Cómo se le ocurre, si el alcalde soy yo, a mí nadie me da órdenes”.
El actual gobernador del Tolima, Óscar Barreto fue el que se inventó el nombre de Hurtado como candidato a la Alcaldía de Ibagué. Contra viento y marea lo impuso y ganó. Lo mismo ocurrió con Ricardo Orozco, incluso al interior del barretismo hubo voces discordantes alrededor del nombre de Orozco. El gobernador Barreto dijo es Orozco y punto y con él también ganó.
Que Ricardo Orozco tiene más vuelo, porque tiene más experiencia administrativa que Hurtado, cierto. Entonces, a Hurtado no le queda camino distinto que seguir los pasos, los lineamientos de Barreto, convertido hoy en el hombre fuerte del Tolima.
Los hechos indican que aquí no puede haber secretos. Sin duda, Oscar Barreto estará detrás de las dos administraciones. No se sabe si en todo o solo en los temas de gran calado. Oscar Barreto consolidó un poder que no es fácil de alcanzar y por lo tanto no lo va a dejar ir por la borda así porque sí. Además, con un ingrediente adicional de suma trascendencia, Barreto quiere ser alcalde de su ciudad y esa oportunidad crecería en la medida que a Hurtado le termine de ir bien.
Y ahí es donde nos adentramos en situaciones complejas. Por un lado, se espera que las dos administraciones (Gobernación y Alcaldía de Ibagué) surtan las transformaciones que requieren el Tolima e Ibagué. No se puede pasar por alto que el inmenso descontento demostrado por la ciudadanía en el paro nacional de estos días, pasa por los grandes problemas que se anidan en las regiones y el Tolima no es la excepción.
Poner voluntad política para frenar la politiquería, el despilfarro y la ineficiencia administrativa, que todo sumado desemboca en la corrupción, sería un paso determinante que permitiría, en el caso del Tolima, unir voluntades para ganar confianza en un departamento donde hay mucho por hacer.
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Qué mejor, entonces, que el nuevo gobernador Orozco como el nuevo alcalde de Ibagué Hurtado, cuenten con un consejero con experiencia. Es claro, que si los nuevos gobiernos no funcionan de acuerdo a las expectativas reinantes, la crítica no será hacia ellos sino a su gran jefe Barreto. Las miradas de aprobación o desaprobación van a estar siempre enfocadas en el hoy gobernador Barreto.
El gobierno departamental y la administración municipal de Ibagué tienen un camino despejado para conducir la región hacia un puerto seguro. Es una oportunidad de oro que deben aprovechar, y que el hoy gobernador Óscar Barreto se erija en el líder que propicie los cambios que reclama el Tolima y de esa manera evite otra las innumerables frustraciones que han padecido los tolimenses.
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