Opinión
Economía de cuidado, el reto de una nación
Por Óscar Viña Pardo | Comunicador Social.
Las medidas preventivas que repiten una y otra vez en los canales nacionales e internacionales para prevenir el Covid 19 ya saben a “cacho” pero seguimos igual, no cambiamos de actitud, no generamos hábitos y seguimos echándole la culpa al gobierno.
La Economía de Cuidado es un concepto más ligado a la igualdad, equidad, género, pero vuelve a estar de moda. Sus postulados tienen más de dos décadas, pero es ahora cuando entramos a nuevos encerramientos en las ciudades que retoma la importancia de practicar en todos los sectores: Estado, familias, empresas, todos sin excluir a nadie.
Nada gana un Estado con hacer políticas públicas donde hable hasta la saciedad del distanciamiento social, uso permanente del tapabocas así este vacunado, y lavado permanente de manos, sino tenemos conciencia colectiva y por la justificación que se quiera, terminamos echando todo a la borda.
Las empresas se vieron obligadas a realizar protocolos de bioseguridad e implementar los mismos con una rigurosidad que generaba seguridad para compradores y propietarios.
Inversiones que esperaban fueran recuperadas a partir de conocer que son entornos seguros.
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Pero esa misma tarea no se hizo en casa, las rumbas clandestinas son el pan de cada día, los encuentros con los vecinos otro dolor de cabeza y no hay empresario que aguante reforma tributaria y encierros focalizados o por más de 15 días.
Los encuentros familiares de acuerdo con la cadena de contagio, superan el 50% de casos: Navidad, Semana Santa, Cumpleaños, festivos son la prueba fehaciente que somos irresponsables, que no pensamos ni siquiera en nosotros mismos.
Y mientras tanto, el empresariado sufriendo porque al gobierno le corresponde hacer la tarea de cerrar una ciudad con los costos sociales y económicos que eso conlleva.
En el Tolima, más de 10 mil empresas cerraron sus puertas el año pasado de acuerdo con lo informado por el DANE, 10 mil organizaciones que no pudieron levantar cabeza por los cierres de la ciudad, porque el dinero no fluye, no hay ni siquiera esperanza para muchos de ellos, que ahora se tienen que acostar muchas veces sin comer una vez en el día, o peor aún, con una sola comida al día.
Ibagué entrará en un cerrar de ojos, finales de abril, primera semana de mayo, a tercer pico y con el agravante de tener otra fecha tan especial para todos como lo es el día de la madre como excusa clave para esa nueva cadena de contagios donde vamos a perder todos.
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Perdemos la esperanza cuando un familiar se enferma o muere; pierden los empresarios que esperan recuperar algo de lo perdido en el año con las ventas de la fecha clave de mayo.
Auto cuidado no es un término específico a la salud, es la inclinación por facilitarnos atenciones a nosotros mismos, es crear hábitos que en su conjunto se convierten en pautas orientadas a nuestro bienestar físico, psicológico, económico. Atrás quedó el instinto de supervivencia, autocuidado ahora encierra desde lo holístico una integridad donde o pongo de mi parte o nos jodimos todos.
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