Opinión
Algunos políticos son como una tortuga en un poste
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Por: Edgar Antonio valderrama
Cuando el ciudadano común y corriente, piensa, analiza y se detiene un instante a digerir los hechos cotidianos que le rodean y comprende hasta donde llega la arbitrariedad, la corrupción, la impunidad, el abuso, la ilegalidad, el despotismo, la injusticia, de quienes llegan a los escalones del poder, se repite una y mil veces: no volveré a caer.
Luego de un año de escándalos, en donde se demuestra como la plata de la salud, que pagamos los colombianos, se la embolsillan unos depravados congresistas que forman parte de los conglomerados denominados EPSs, consentidos en forma descarada por el propio Estado en cabeza del Ministro de Salud, y lo que queda, se lo alzan los gobernadores, alcaldes y gerentes de hospitales; de como la plata de la educación se la llevan los mismos padres de la patria y también se arrastran los recursos destinados a la alimentación de los niños pobres, así estos mueran de desnutrición, sin que por ello se conozca una sola investigación que culmine con ejemplares castigos, aparecen los gigantescos sobornos de las multinacionales que se apropian en forma indebida de la contratación de obras que debieran ser realizadas por nacionales y tampoco pasa nada.
El monto de de lo que se llevan los corruptos sobrepasa los 34 billones de pesos al año, y la única salida del genial Presidente y su corte de payasos en el congreso es clavarle al pueblo una nueva reforma tributaria en la que se salvan son ellos mismos y los componentes de una burguesía que no esta midiendo realmente su futuro pues como decían las abuelas: “tanto aprieta la correa hasta que por fin se revienta”
Tiene razón Claudia López al manifestar sin tapujos: “Este Congreso es una porquería”. Para corroborar lo anterior no basta sino repasar lo expresado por los monigotes que representan al Tolima. Miguel Barreto, Helver Hernández, Ángel Maria Gaitán, Jaime Armando Yépez, Carlos Edwar Osorio, todos a una decían que no irían contra el pueblo que se opondrían a la institución del 19 por ciento del IVA, pero al olor de la mermelada todos cayeron a los pies del ejecutivo, lo mismo que el senador Guillermo Santos Marín, enalteciendo de paso a un ministro como el de Hacienda que hacia pocas semanas era objeto de moción de censura en la que también se patrasiaron.
Por ello viene a bien recordar como algunos políticos son como una tortuga en un poste. No puede creer que estén ahí. No entienden como han llegado ahí. Saben que no han podido subir solitos ahí.
Saben que no deberían estar ahí. Saben que no van a hacer nada útil mientras estén ahí y saben que lo único sensato es ayudarlos a bajar de ahí.
En las próximas elecciones hagamos lo más sensato; que ningún animal inútil suba al poste.
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