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Los empresarios ‘rajan’ al gobierno Duque

Los empresarios ‘rajan’ al gobierno Duque

En la edición número 21 de la Encuesta, hecha por La República, no les fue bien a los ministros y funcionarios del gobierno de Duque. A esta adversa calificación se suma la publicación de una nota de análisis en el diario The Economist en la que se califica al gobierno como improductivo.

Contrario a lo que se escucha por los altoparlantes de la propaganda oficial, el gobierno del presidente Iván Duque Marques, no va bien. Y las críticas y bajas calificaciones no vienen solo de la oposición política, a la que fácil y ligero, el gobernante Centro Democrático del senador Álvaro Uribe Vélez, califica en forma peyorativa como “castro-chavista”, un término rimbombante de usan para todo.

En la XXI Encuesta Empresarial con 650 empresarios, solo cinco funcionarios subieron su calificación, mientras que siete cayeron.

Según estos resultados, el presidente Iván Duque obtuvo una calificación de 3.2; como se dice coloquialmente, pasó raspando.

Desde hace nueve años La República realiza esta encuesta en todas las regiones, con grandes, medianas y pequeñas empresas, para conocer la calificación que le dan al Presidente, a sus ministros y a algunos funcionarios clave para el desarrollo de la economía y las empresas.

La primera calificación de este Gobierno se hizo a los 100 días y fue bastante baja, máxime cuando las expectativas de cambio eran las mejores.

Esta calificación inicial estuvo contaminada por el prematuro debate en el Congreso de una reforma tributaria que desgastó a los ministros y debilitó la imagen del Presidente; por otra parte, la agenda económica de todo el primer semestre de este año se desplazó por asuntos como la crisis venezolana, las objeciones de la JEP y la desgastante trama judicial del guerrillero ‘Jesús Santrich’.

De los ministros del gabinete se dice que están más enfocados en lo económico, concentrados en desarrollos micro, que poco o nada impactaban el mensaje de que las cosas han ido mejorando.

Y que con la llegada del estudio del Plan Nacional de Desarrollo al Congreso las cosas se decoloraron porque esa hoja de ruta fue un asunto de segundo plano por temas judiciales que enrarecían el ambiente en la opinión pública, situación que se ha extendido hasta terminar julio.

Para el decano de Economía de la Universidad del Rosario, Carlos Sepúlveda, en Duque se ve reflejada la calificación general del Gobierno, marcada por el reconocimiento de las buenas intenciones, pero “se necesita que esas buenas intenciones se plasmen”.

Además, la imagen de Duque está siendo afectada por los 17 viajes que ha llevado a cabo a un costo de más de 1.500 millones de pesos. También por la falta de armonía con el Legislativo, que llevó, por ejemplo, a los aranceles textileros del Plan de Desarrollo, los mismo que están en la razón de fondo del cierre de CP Company en Ibagué.

¿Por qué califican tan bajo los empresarios, cuando buena parte de ellos contribuyó a la elección del presidente, bajo la premisa de “un gobierno honesto y trabajador que encontró muy mal las cosas” y de que existe un gabinete “técnico, bien intencionado y sobre todo con credibilidad ante el sector privado”?

Los mejor y peor calificados

La vicepresidente Marta Lucía Ramírez tuvo una de las caídas más pronunciadas en su calificación, y es que luego de un 2018 bastante protagónico, este año su gestión ha perdido fuerza y relevancia mediática.

El ministro de Comercio, Industria y Turismo, José Manuel Restrepo, se consolidó como el mejor del gabinete. El decano de Economía del Externado, Julián Arévalo, destacó que Restrepo da un mensaje empresarial de neutralidad y confianza.

En el grupo de los que subieron y no se rajaron en la calificación también está la ministra de las TIC, Sylvia Constaín, quien logró la aprobación de la Ley del sector, con la que se materializaron viejos pedidos de la industria, como la creación de un regulador único.

La ministra de Minas y Energía, María Fernanda Suárez, también subió tras liderar las subastas de energía y la reactivación del sector petrolero.

Además, está la ministra de Educación, María Victoria Angulo, a quien le ha jugado a su favor la reestructuración de programas como el PAE o del Plan de Infraestructura Educativa.

Entre los que se mantienen están Andrés Valencia (Agricultura); Alicia Arango (Trabajo), Ángela María Orozco (Transporte), y Margarita Cabello (Justicia). A excepción de Cabello, que lleva muy poco en el cargo, los otros tres funcionarios tienen en común que están liderando procesos que aún no se materializan: Valencia está buscando retomar el estatus sanitario tras el brote de aftosa, Arango está confeccionando la reforma pensional y Orozco continúa el proceso de las vías 4G.

En el grupo de los que caen, pero aún así aprueban la calificación, están Juan Pablo Uribe (Salud), el canciller Carlos Holmes Trujillo y Jonathan Malagón (Vivienda). En el caso del canciller, su gestión no se ha beneficiado por la manera en la que se han desarrollado los hechos en Venezuela; y en el caso de Malagón, la vivienda aún no da señales claras de repunte.

En el bloque de los reprobados del primer año están Ricardo Lozano (Ambiente), Carmen Vásquez (Cultura), Alberto Carrasquilla (Hacienda); Nancy Patricia Gutiérrez (Interior), y Guillermo Botero (Defensa).

A este grupo se les cobra su gestión. Por ejemplo, las declaraciones de Botero y los escándalos de corrupción que provocaron un remezón en el Ejército lo consolidan como el peor calificado.

En el caso de Carrasquilla, sus primeros seis meses se vieron empañados por los debates sobre los bonos agua y el trámite de la Ley de Financiamiento; mientras que a la ministra del Interior se le cuestionan las dificultades que ha tenido el Gobierno con sus proyectos en el Congreso. Carteras como las de Ambiente y Cultura han tenido poca visibilidad en su gestión.

privado”?

Gobierno “improductivo”

Según la revista británica The Economist, la relación del presidente Iván Duque con el Congreso ha sido “tensa e improductiva” durante su primer año de Gobierno, con base en un análisis de proyectos de ley aprobados en el mismo periodo de los cuatro periodos presidenciales anteriores.

“Medida en términos de legislación aprobada, la presidencia de Duque ha sido, de hecho, menos productiva que cualquiera de los cuatro periodos presidenciales anteriores”, añade la publicación.

Si bien proyectos de ley muy importantes para el Gobierno han sido aprobados, como el Plan Nacional de Desarrollo y la ley de financiamiento, hay otros que se han estancado o han sido rechazados, comenta The Economist.

Por ejemplo, durante el primer año de Álvaro Uribe en el poder (2002-2003), había más de 40 iniciativas en trámite, y entre 2006 y 2007, los proyectos de ley en discusión superaban los 45, de acuerdo con un gráfico de la revista. Y los aprobados, para cada periodo, respectivamente, era más de 15.

En el caso de los dos gobiernos de Juan Manuel Santos, en su primer año (2010-2011), los proyectos aprobados se acercaban a 30, y en el primer año de su segundo mandato (2014-2015) eran unos doce. En contraste, en el primer año de Duque, las iniciativas aprobadas apenas son más de cinco, según The Economist, y las que están en trámite no llegan a 20.

Ante este panorama, la revista británica dice que el presidente debería hacer cambios en su gabinete para incluir a ministros "con mayor capital político y vínculos más fuertes con el Congreso". La publicación, además, cita los casos de Guillermo Botero y Alberto Carrasquilla, jefes de las carteras de Defensa y Hacienda, respectivamente, que han sido los más criticados del gabinete.

Respecto a Botero, The Economist menciona los cuestionamientos por las amenazas y muertes de líderes sociales, y la directriz de resultados en el Ejército, que ha generado alerta entre algunos sectores que consideran que las ejecuciones extrajudiciales podrían revivir.

En el caso de Carrasquilla, la revista recuerda los debates por los llamados 'bonos agua', por los que el ministro de Hacienda es señalado de enriquecerse a través de una reforma que, según la oposición, él mismo impulsó cuando estuvo en el gobierno por primera vez.

Debido a esta razón, The Economist le hace una sugerencia a Duque: “Para tener una relación más fluida con el Congreso y pavimentar un camino más exitoso en su segundo año, Duque debería considerar hacer cambios en el gabinete. Si el presidente y su partido insisten en mantener su estrategia actual, su ambiciosa e innovadora agenda se caerá por el camino”.

(Con información de La República y RCN)

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