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Mi madre, una mujer verraca

Mi madre, una mujer verraca

Gloria Inés Pardo Rodríguez es mi madre. En fechas como ésta solo se me viene a la mente sus carcajadas, esas que aun retumban en mi todos los días indicándome que la vida es un carnaval que hay que vivir de manera intensa, porque el mañana se sueña, pero no se sabe si llegaremos a él.

Gloria Pardo es la tercera hija de una familia de 10 hermanos, siendo la mayor de las mujeres. Tenía una marca única, un lunar en forma de circulo en su espalda, el circulo de la victoria, lo decía en uno de los tantos escritos que hizo donde con otros indicios fortalecían lo que siempre nos dijo,“soy maga”.

 Foto 1: Eras una niña cuando te casaste. 

Al llegar a Ibagué, desplazada de la violencia del Líbano, junto con padres y hermanos y ya en el barrio 20 de julio conoció a Luis Narciso Viña, su primer novio. Mi madre aun no usaba medias veladas, mucho menos tacones. Con él en esa etapa de enamoramiento iba a tomar café con leche y tres empanadas en el café Florida, uno de los más famosos en el año 68.

Mi hermano nació el 10 de diciembre del 69, un año después de su boda y yo en abril de 1971. Para este mismo mes, mayo, hace 47 años, cuando mis abuelos maternos preparaban su fiesta para celebrar sus 25 años de casados, llegó la noticia que nadie esperaba. Mi padre en la celebración del día del maestro en las piscinas del Parque Deportivo había perdido la vida. Las rosas del festejo se confundían ahora con las coronas que llegaban al mismo lugar del evento.

 Foto 3: Días después de la muerte de mi padre.

Gloria no había terminando su bachillerato, ese que comenzó en el colegio la Gret con su hermana Clara; pero sacó el perrenque y con el decidido apoyo de mis abuelos Pablo Emilio e Inés terminó esa etapa de la vida, donde alternaba como muchas mujeres en Colombia, el ser mamá de dos lindas criaturas, el ser viuda, el estudiar y el trabajar.

No se quedó ahí, quería ser profesional, y ahora como empresaria empezaba una nueva faceta donde requería de culminar Administración de Empresas en la universidad del Tolima, lugar donde conoció a su segundo esposo, el profesor Rafael González Murcia, con quien tuvo otros dos hijos, Rafael Eduardo y Manuel Darío, dos exitosos comunicadores sociales.

 Foto 3: Con sus 4 hijos.

Siempre decía, el orden de la vida indica que primero está DIOS en nuestros corazones en orden de importancia, luego UNO, después la PAREJA, siguen los HIJOS y familiares y termina con los amigos y demás personas. Aunque controvertíamos por eso al principio, tiempo después vine a entender que tenía toda la razón, porque finalmente los hijos vuelan, y mucho más los hombres.

Su tercer matrimonio fue con el mexicano Andrés Rosas Robles, hombre con quien vivió desde lo espiritual todas las enseñanzas que traía de vidas pasadas y que para muchos lectores quizás sea incomprensible. Pero era su felicidad, y la premisa mayor estaba en el ser feliz. Feliz como mujer, feliz como empresaria, feliz como mamá, feliz como hija, feliz como hermana.

Fue el 15 de diciembre de 2010 cuando vine a entender porque al morir un hijo una mujer pierde parte de su espíritu. Ese día un artefacto explosivo colocado por las FARC en el Cañón del Combeima se llevaba a nuestro hermano, a su hijo mayor, Luis Arturo. Y ese dolor no tiene nombre, porque se es huérfano o viuda; pero ese hecho, no tiene denominación alguna. Sus lagrimas eran de sangre, como las de muchas mujeres en Colombia que han perdido sus hijos por esa etapa violenta que culminó ya en nuestro país. A pesar de este hecho, de ser desplazada desde el Líbano, siempre le apostó a la paz y gritaba por las calles en pleno proceso del sí y el no, viva la paz. No había odio, menos rencor, solo el dolor de la perdida que se notaba en esa mirada triste que retomó, así como cuando murió mi padre.

 Foto 4: Con tu mamá, con tu amiga, con tu complice. 

Mi madre falleció el pasado 31 de octubre de 2016 en un accidente de tránsito y pese a las lecciones de vida que nos dio sobre el  no apego y el camino a la felicidad a partir del trabajo y disfrutar en familia de las pequeñas cosas, en días como este me llegan a mi la frágil memoria fragmentos de vida donde mi referente, GLORIA PARDO, solo trabajo para hacer de sus hijos buenos seres humanos, pero sobre todo felices. Hoy solo elevo una plegaria a DIOS agradeciéndole por haberme dado la MEJOR MAMÁ DEL MUNDO. 

 Foto 6: La vida es un carnaval.  

Óscar Viña Pardo.

 

 

 

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