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Marcashi, el tolimense que apunta a hacerse estrella del género urbano

Marcashi, el tolimense que apunta a hacerse estrella del género urbano

En medio de una familia de ingenieros y abogados, Marcashi escribe su propio nombre por medio de líricas.

Como siguiendo su propio compás a la hora de hablar, Marcashi relata los sinsabores y el esfuerzo que hay detrás de dedicarse a la música, lo difícil de su decisión, pero lo orgulloso que está de la misma. Así también, hace énfasis en los pasos que sigue para hacer realidad su sueño y convertirse en el primer tolimense que figure internacionalmente en el género urbano.

Marco Alejandro Hincapié, conocido artísticamente como Marcashi, nació hace 24 años en Ibagué, y aunque pasó la mayor parte de su infancia en Bogotá, se siente “totalmente tolimense”. Sus lazos familiares lo unen a Ibagué y son el principal motivo por el que esporádicamente regresa; sin embargo, su crecimiento como artista le ha permitido figurar entre empresarios y actores de la industria del entretenimiento, por lo que su última visita a la capital musical tuvo que ver con su nominación a Mejor Artista Revelación del 2024 en los premios Instafest.

Su vida, especialmente su adolescencia, estuvo marcada por ires y venires, no solo entre Bogotá e Ibagué, sino también Estados Unidos, cuando en medio de un achaque decidió irse con su novia de ese entonces al norte del continente, donde vivió un año antes de volver a Bogotá. Probablemente, esos fueron sus años más complicados, cuando aún no decidía qué hacer con su vida y sostenía una relación complicada con sus más cercanos.

“Tenía muy malos hábitos. Alimenticios, sociales, de fiesta en fiesta, de todo. Antes tenía una mala relación con mis padres porque mantenía desordenado, mantenía jodiendo en la calle. Con los años y el trabajo, uno se organiza y se hace más consciente. Igualmente agradezco a mi pasado porque es lo que me ha conducido a ser ahora el hombre que soy, el buen hijo que soy”, relata.

Pero si a algo hay que agradecerle lo que él considera “un giro total en su vida”, es a la música, la cual le mostró un camino que anteriormente no era tan claro. “Mi vida ha dado un giro total, en lo personal, lo intelectual y espiritual. La música me ha conectado con mis deseos más profundos y el amor que tengo por este arte”.

Un amor trabajado

Marcashi cuenta que el amor por la música, en parte, se lleva en las venas. Su abuelo paterno gozaba de una gran voz y desde que lo conoció lo recuerda como un gran cantante, así mismo, su padre, Marco E. Hincapié, es un apasionado de la música; sin embargo, él a sus 17 años fue el que le dio un rotundo sí a la música y decidió dedicarse a ella profesionalmente.

Pero, por otra parte, ese enamoramiento por la música se dio de a pocos, uniendo y aprendiendo de varias experiencias en su vida. Una de las que más resalta y que señala como el inicio de su carrera, fue en su paso por Estados Unidos, donde se familiarizó con artistas de hip hop y su cultura, lo que más tarde cambiaría el sonido de su día a día.

Una vez volver a Bogotá y empezar a estudiar Negocios Internacionales, más que dedicarse a obtener buenas notas se ensañó con las letras y sus composiciones improvisadas. “A mis amigos también les gustaba el freestyle entonces en vez de ir a las clases de la universidad nos veníamos a hacer freestyle. Durábamos horas y horas. Comíamos, y le seguíamos dando. Nunca fui mucho de peleas de gallos, a mí me gustaba hablar sobre la vida cuando improvisaba. Todo era muy de amigos así que le cogí mucho cariño e intentaba mejorar. Hasta cuando salía de la ducha lo hacía improvisando”, recuerda.

Tras “tirarse” dos materias en la universidad por fallas y consolidar su vocación como artista luego de pisar por primera vez un estudio de grabación, decidió comunicarle a su familia que su camino no era el de las relaciones públicas, los negocios o la política, tal y como lo habían hecho sus hermanos, sino el de la música.

“A mi padre me lo quiero llevar a viajar por todo el mundo porque fue de los primeros que creyó en mí. Yo le dije: esto es para mí, amo cómo se crea todo esto, me siento bien acá. Fue muy difícil para todos porque mis hermanos son ingenieros o abogados y yo soy el único que salió artista”, dice con nostalgia el artista.

Disciplina y trabajo


Marcashi junto a su padre, Marco Emilio Hincapié, uno de los primeros en creer en él.

Su decisión y el apoyo de sus padres no podía quedarse en el simple amor a secas, sino que tenía que estar acompañada de trabajo duro y disciplina. Desde 2017, Marcashi empezó a estudiar música, producción musical y a perfeccionar su técnica vocal, ya que, aunque lo que más le gusta es componer, su rol como cantante es indispensable para su show e imagen como artista. 

En medio de ese proceso de formación, volvió a Ibagué en 2020 para estudiar en la Fundación Musical Eddy Music; no obstante, en sus planes no estaba quedar encerrado en la capital musical durante dos años debido a la pandemia por Covid 19.

“Cuando decidí salir a la luz como artista, nos atrapó la pandemia. Me quedé encerrado con mi padre y lo que hice fue comprarme un estudio en la casa, un computadorcito, micrófono, los audífonos y empecé a grabar a grabar. Me quedaba desde las 6 de la mañana hasta las 6 de la tarde haciendo música”.

De ese modo, dentro de cuatro paredes, con un estudio improvisado y con su papá cumpliendo el rol de camarógrafo y fanático, dedicó sus días a pulir sus habilidades y componer.

Labrando un camino hasta ganar un grammy

Desde hace cuatro años vive en Medellín, la capital del reggaetón en Colombia, una ciudad que le ha permitido codearse con los más grandes del género e inmiscuirse en los círculos de empresarios que realizan shows a nivel nacional en los mejores escenarios posibles, donde en reiteradas ocasiones ha brillado el nombre de Marcashi.

En ese sentido, el joven ibaguereño aspira a ser el primer tolimense que figure internacionalmente en el género urbano ganándose un grammy. En los últimos años ha habido un estallido de exponentes que han llevado su música a otros países, pero ninguno del Tolima, sino de Antioquia, la Costa Atlántica o Valle del Cauca. Vacío que Marcashi ansía suplir.

“Hemos hecho cosas que antes solo eran sueños, como estar en otras ciudades, en otros países. Hace poco hicimos un lanzamiento, una colaboración con un artista que está sonando mucho acá y en otros países, Luister La Voz. Hasta ahora ha sido la colaboración más importante, y de paso la amistad con él. Venimos también tejiendo relaciones con los productores de Ryan Castro. Se vienen muchas sorpresas, esto no es ni el 1% de lo que vamos a hacer”, agrega.

Marcashi ha estado involucrado en eventos con Jessi Uribe, Yeison Jiménez, Ryan Castro, Bless y muchos más. A su vez, ha realizado sus propias giras por pueblos y colegios, además de hacer parte de presentaciones en grandes escenarios como la Feria de Manizales, el Centro de Eventos de Cali y recientemente en el Movistar Arena.

“El Movistar Arena fue el año pasado. Fue algo maravilloso. Fue un impacto muy grande, me subó a la tarima vi a la gente y lo primero en lo que pensé fue: ¿cómo será el día en que yo llene esto por mí mismo?”, rememora emocionado.

El futuro para el tolimense Marcashi

Actualmente trabaja en cerrar tratos con grandes empresarios nacionales, pero ya tiene miras puestas en realizar conciertos en grandes urbes como Nueva York y Miami. Con la certeza de que llegará lejos y con la responsabilidad de las personas que dependen de él como su equipo de trabajo, trabaja día a día para seguir avanzando en alcanzar sus sueños.

—¿Cómo se ve de aquí a cinco años?

—Uy, Sebas, yo creo que en cinco años ya debo haber alcanzado muchas cosas. A nivel material espero haberle dado la casa a mi madre, justo como ella la quiere. En retos personales, me gustaría ganarme un Grammy, el día que nos ganemos un Grammy, por el esfuerzo y el trabajo, entregárselo a mi madre como se lo prometí cuando era niño.

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