Las composiciones de Estefanía Pardo, licenciada en Música del Conservatorio del Tolima y Magister en Composición para medios audiovisuales del Katarina Gurska de Madrid, ya son reconocidas en los festivales de cine nacionales. 

Creadora de la música original de los cortometrajes Barco de papel, ganadora de la Mención de honor al público del IFF en 2016 y finalista de los premios Víctor Nieto del Festival de Cine de Cartagena en 2017,  Cara o sello, ganadora del premio del público en el III Festival Cine sin fronteras 2018 y nominado al premio Palma de Cera del Quindió, Baby Chutulú, estrenado en el BAM 2016, y de Laura, seleccionada en la actual versión de SmartFilms, Pardo ha orientado parte de su trabajo creativo hacia los medios audiovisuales.

Pero el cine no es el único fuerte de la compositora ibaguereña que desarrolló la música original y el diseño sonoro para el videojuego Lost Kings Lullaby, adquirido por las plataformas PlayStation y Xbox y con fecha de estreno a finales de 2018,  y para series web como La Academia, Debieron matar a tres, y los cortos aún sin estrenar, Tomásy La casa del camino.

En 2017, su obra Bambuco I, Recreations about a colombian rythm for string orchestra, fue finalista del Concurso Internacional de Composición Música per archi,en Ucrania y en la noche de gala, la Orquesta Sinfónica de Lviv interpretó su obra que rescataba nuestra música tradicional pero que imprimía nuevos lenguajes y nuevos sentidos contemporáneos. Otra de sus composiciones, Tríptico, fue estrenada en el III Festival Internacional de Percusión en Medellín en 2013.

Con sólo 27 años, Estefanía Pardo ha incursionado en festivales nacionales e internacionales desde pequeña. En la actualidad, desarrolla un trabajo investigativo alrededor de la inclusión de músicas tradicionales en el cine, como manera de difundir en medios audiovisuales, expresiones locales. Justamente, su primer acercamiento acerca del tema, tesis de grado de su maestría, fue laureada por los jurados.

Lauraes un cortometraje de ciencia ficción dirigido por Sebastián Flórez, director y productor con experiencia en diversos festivales de cine nacionales e internacionales. Se trata de un corto mudo, soportado en el guion, la actuación de sus personajes y en la música original de Pardo, en la que se explora cómo, en un futuro cercano, los recuerdos pueden ser nuestro único vínculo con la realidad.