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Adultos abandonados en El Salado piden ayuda

Adultos abandonados en El Salado piden ayuda

Julio César Bernal y Carmen Elizabeth Ascencio Gómez son invisibles para sus familias, su abandono desde tiempo atrás los llevó a convivir en los alrededores de una de las panaderías emblemáticas del barrio El Salado en plena vía central, y aunque la naturaleza los cubre un poco la inclemencia del tiempo y el olvido son sus mayores preocupaciones. 

Julio César es oriundo de Fusagasuga, partió de su casa a los 12 años de edad, en diálogo con el Cronista.co nos dijo que tiene SISBEN y que le preocupa es la situación de su actual pareja Carmen una ibaguereña que naciera en el caserío de San Martín, barrio Picaleña.

El temor por denunciar a sus hijos por el abandono los llevó a situarse en este espacio donde duermen en las calles, y gracias al buen corazón de los vecinos tienen donde guardar las pocas cosas que tienen.

Por la comida no se preocupan, parece que esos lazos de solidaridad les ha permitido contar con la mano generosa y tener alimento todos los días. Los dos abuelos que caminan por esas cuadras solo tienen la preocupación de encontrar la cédula de ella, refundida quien sabe donde para ir a la oficina del SISBEN esperando alguna ayuda del gobierno. 

Tantos auxilios que existen, pero no solo están huérfanos por parte de su familia, también de un municipio indolente que los invisibilizó, que nos los ve y los canaliza en los programas sociales para que puedan tener sus últimos años con una vejez algo digna, nos dijo Jorge, el cibernauta que nos compartió la historia. 

Julio César y Carmen solo esperan encontrar la bendita cédula y tienen como referencia la huella de Carmen porque el número lo olvidó como lo hicieron sus hijos y el Estado.

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