Los resultados contraevidentes de los exámenes de las pruebas de Covid-19, practicados a varios concejales, se convierten el colofón de la forma como se ha manejado la pandemia en Ibagué.

Eso de que a unos concejales les hayan resultado las pruebas negativas en un laboratorio privado y positivas en el público, es un caso grave, así existan explicaciones técnicas o científicas que justifiquen en parte o en todo estos errores. 

En el fondo, es el ciudadano o el paciente que queda en la incertidumbre, pero este problema se traslada a la comunidad en general que queda en las mismas: confundida y escéptica ¿A quién creerle?

Algunos coinciden que a la persona que le suceda esto, se debe guiar por los protocolos que rigen al paciente positivo, iniciativa fácil para salir del paso pero que no convence, ya que se trata de la seriedad y rigurosidad de una prueba de la cual puede depender la vida.

Infortunadamente, esta disparidad de resultados de pruebas y de criterios de laboratorios encontrados entre sí, a nuestro juicio, se suma al despelote de la forma como la administración municipal ha manejado el tema de la pandemia. Esto es una añadidura a la seguidilla de errores, vacilaciones, dudas, incoherencias y sin sabores que ha dejado el alcalde Hurtado con sus toques de queda, confinamientos, pico y placa, entre otras. 

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Y, si a ello se le agrega, el crecimiento del desempleo que según dicen empresarios se acerca al 40%, la distribución cuestionada de tan solo de 52 mil mercados para una población vulnerable en los cinco meses que llevamos de pandemia, donde un crecido número de habitantes se encuentra aguantando hambre, podríamos decir que estamos ante una tragedia humana de incalculables consecuencias que el gobierno local ignora. 

Y lo hace porque no tiene un  proyecto de gobierno definido para enfrentar esta crisis y la  post-pandemia. De esos 35 mil empleos que en forma demagógica ofreció en campaña no ha hecho nada para crear puestos de trabajo, y su Plan de Desarrollo tampoco contempla una política seria en tal sentido. 

Estamos ante una crisis social que el mandatario local no vislumbra, donde los dos sectores, que consideramos debe desarrollar son el económico y la salud, para general empleo y atender la pandemia, el gobierno municipal permanece impávido. Ni crea ni propone nada nuevo, y se ha dedicado a sacar pecho con las obras que dejó proyectadas, algunas de ellas financiadas, la anterior administración. 

Consideramos que el mandatario local debe cohesionar su administración y  trazar un plan de choque que le permita atender las dos tareas fundamentales en desarrollo económico para generar empleo y manejo de la pandemia sin tanto tropiezo e improvisaciones.