Cada día se acentúan las quejas contra la empresa Claro que en forma, casi monopólica, presta los servicios de telefonía fija, televisión por suscripción, internet fijo, internet móvil y telefonía móvil, de propiedad del grupo mexicano América Móvil, cuyo propietario es el mangante Carlos Slim. 

En Colombia, desde el 2012, los operadores Telmex Colombia y Comcel fueron anexados por lo que es considerada una entidad con un mercado predominante que tiene a su servicio canales de televisión con noticieros que defienden sus políticas de expansión y despropósitos contra sus usuarios. Es así, que debido a tener en su haber el mayor número de suscriptores y la red más amplia de la telefonía a su servicio, también tiene un personal de operadores y agentes adiestrados para engañar o mamarle gallo a los usuarios que acuden a la prestación de un servicio, especialmente de carácter técnico o de quejas y reclamos. <

Es el caso de personas o usuarios que necesitan del arreglo de una conexión de televisión y para atenderlo, quienes atienden los call center de esta empresa demoran hasta más de cuatro días para fijar la fecha de visita del técnico y otros días más para la visita del técnico después de haberle cado todo de evasivas para prestar el servicio, cuando no le ponen la grabación de: marque 1 para agendar la visita técnica o 2 si ya el problema fue solucionado. 

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En una palabra, la empresa Claro en la actualidad está prestando un pésimo servicio de asistencia técnica a sus clientes desde las oficinas de Call center o de atención al cliente desde Bogotá o donde tenga su sede. 

Y cuando el cliente o usuario se quiere retirar de la empresa Claro por los abusos de que es objeto, la persona que lo atiende inicialmente le dice, mintiéndole, que para cancelar el contrato tiene que esperarse hasta que se cumpla el año de la firma del contrato o pagar el tiempo que le reste. ¡Qué descaro!

A sabiendas que están violando la clausura de prohibición de permanencia mínima que establece la ley 1523 de 2012, en los contratos de telefonía fija, Internet y televisión por suscripción, intentan obligar al usuario incauto a permanecer en forma engañosa, en las manos y a disposición de lo que quiera hacer Claro con el indefenso usuario. 
Sería bueno que la Superintendencia de Servicios Públicos, estableciera una vigilancia sobre Claro para impedir las iniquidades contra los usuarios, y que fuera sancionada ejemplarmente, al menos en Ibagué hay varios casos denunciados de este tipo. 

Claro es el ejemplo de lo injusto que son las empresas que tienen un monopolio sobre la prestación de cualquier servicio.

Humberto Leyton