A su regreso a clases, más de 100 niños de preescolar y primaria de la Institución Educativa La Paz No 1, sede San Luis en Flandes, se sorprenderán con la transformación del salón de juegos: El sheriff Wood y Buzz Lightyear (protagonistas de la película Toy Story) están relucientes sobre la nueva pared del salón.

Además se encontrarán con un nuevo techo seguro, luz adecuada y un piso reluciente marcado con muchas vías que provoca tirarse a jugar sobre él. Esta sede tiene más de 50 años de antigüedad y los profesores y el rector coinciden en que no había recibido mantenimiento durante este tiempo por falta de recursos.

También estrenarán una nueva y amplia cocina y comedor que les permitirá tomar sus alimentos de una manera cómoda y biosegura.

Los baños, el aula de informática y los techos también quedaron nuevos, además de una nueva red eléctrica. Hoy esta escuela está reluciente, con pintura nueva y lista para recibir a estos niños y niñas de escasos recursos.

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“La huella que ustedes dejan acá nunca se va a olvidar. La inversión más grande aquí es ver sonrisas y una gratitud muy grande de los niños y de los padres, eso es invaluable”, dijo el rector José Alberto Hernández.

Por su parte, Luz Análida Díaz, profesora de preescolar, cuenta que esta sede lleva más de 50 años al servicio de la comunidad y “es la primera vez que alguien ha estado con nosotros ayudándonos con tanto amor y sentido de pertenencia”.

Agrega la profesora, que en muchas ocasiones “llovía más adentro que afuera” por el deterioro de los techos. Reconoció que en este sector hay madres cabeza de familia y esta escuela se convierte en un segundo hogar para muchos menores.

El rector de la institución José Alberto Hernández recalcó también que esta escuela es casi “el único espacio sano y agradable del barrio, que tiene algunos problemas sociales graves. Es un sitio lleno de paz y amor porque los profesores aman y consienten a los niños, pero por el deterioro no teníamos espacios adecuados, la iluminación estaba mal, teníamos muchos cortos circuitos, y nos tocó adecuar un salón como cocina, sin cumplir muchas condiciones sanitarias”.