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Viaje al fondo de la Contraloría Municipal de Ibagué

Viaje al fondo de la Contraloría Municipal de Ibagué

VAPI, (Veeduría Agua Para Ibagué), va al fondo de la gestión realizada por la Contraloría Municipal de Ibagué y lo que encuentra es un trabajo desolador.  

Para empezar, dice que no encuentra explicación, cómo un ente de control recupera un 1% de sus gastos anuales, mientras genera incrementos salariales del 5% en el mismo periodo.

La investigación de VAPI arroja hasta hoy cifras inéditas que ponen en entredicho la eficiencia y utilidad de no solo de la Contraloría de Ibagué sino de la mayoría de estos entes de control en el país. De esta manera, pone otra vez en el debate el interrogante hasta dónde estas entidades deben ser restructuradas.

Costo de la Contraloría de Ibagué en 11 años

Por ejemplo, en los 11 años que analizó Vapi, (4.015 días), encontró que la  Contraloría Municipal de Ibagué, “recibió la pírrica suma de $246’949.473, por concepto de pagos por fallos con responsabilidad fiscal.

Ese valor equivale al 1.06% de los costos aproximados de funcionamiento de la entidad. Vapi señala que en esos 11 años la C.M.I. aproximadamente ha costado $23.281 millones, que encierra nóminas, contratistas, parafiscales, viáticos, prestaciones sociales, entre muchos otros costos para su funcionamiento.

Afirma Vapi que una jornada laboral (lunes a viernes) de la C.M.I., le cuesta aproximadamente al Municipio de Ibagué, la módica suma de $8’140.210 pesos.

Relación de la gestión realizada por los contralores

La veeduría Vapi muestra el trabajo o la gestión que como contralores de Ibagué realizaron las personas que por ese cargo pasaron en estos 11 años.

Inicia con Rafael Enrique Bernal Poveda, de quien señala tramitó solamente cuatro fallos entre los años 2010 y 2011 (730 días), es decir que necesitó 183 días para cada uno de los fallos fiscales.

Le sigue Edwin Riaño Cortés, quien tramitó 11 fallos de responsabilidad fiscal entre los años 2012 al 2015 (1.460 días), es decir que necesitó 133 días para cada uno de los fallos fiscales.

Luego aparece Diego Mauricio Visash Yepes, quien tramitó cuatro fallos de responsabilidad fiscal, entre los años 2016 y 2017 (730 días), es decir se necesitó 183 días para cada uno de los fallos fiscales.

En el 2018 Ibagué tuvo dos contralores municipales, Ariel Augusto Medina Hernández y Julio César Vásquez Figueroa, quienes en ese año tramitaron nueve fallos de responsabilidad fiscal.

En el año 2019, Ariel Augusto Medina Hernández, tramitó 17 fallos de responsabilidad.

En el año 2020 el actual contralor Iván Darío Delgado Triana tramitó tres fallos de responsabilidad fiscal, es decir que necesitó 122 días para cada uno de los fallos fiscales.

Sobre Adriana Magaly Matiz, Vapi dice que de no ser porque su nombre aparece en la nómina, no se hubiera sabido que fue Contralora, ya que nunca realizó ejecutoría alguna, se desempeñó desde el año 2004 al 2007 (1.460 días).

(Puede leer: Contraloría reportó aumento de elefantes blancos en el Tolima durante el 2021)

Vuelve y juega el debate sobre la labor que prestan las contralorías

Asegura Vapi que desde el año 2012 existen 21 procesos en trámite y con respecto a eso se pregunta ¿quién les viene haciendo seguimiento y cuántos tuvieron vencimiento de términos?

Afirma que es increíble que la Contraloría de Ibagué a cargo de Iván Darío Delgado, no haya visto los errores del tamaño de una catedral, existentes en el Mega Parque Santa Rita.

Insiste la veeduría Vapi que  este informe lo que demuestra una vez más es que “No vale la pena desde ningún punto de vista tener Contralorías Municipales, pues esta son ciegas, sordas, mudas, incompetentes, sobornables, manipuladas por las clases políticas de turno”.

Agrega que “Si existieran entes de control serios, comprometidos, dedicados, que no obtuvieran nombramientos políticos, honestos, la corrupción no estaría robándose $50 billones de pesos al año”.

Sostiene esta veeduría ciudadana que Contralorías como la de Ibagué solo sirven para albergar políticos ´quemados’ que, desde estos entes, pasan a servir y mostrar eficientes resultados de sus corruptos caciques políticos.

Resultados desalentadores

Señala Vapi que es conocido de la ciudadanía que su trabajo como veeduría se ha concentrado en análisis sobre el manejo de la contratación pública y el empleo de los recursos del erario en los últimos años en el departamento. “Los resultados, como bien lo pueden atestiguar quienes nos han leído, son absolutamente desalentadores y conducen a pensar que en esta continuada circunstancia, no habrá fórmula que permita atender adecuadamente las crecientes necesidades del conglomerado. La razón principal el desvergonzado saqueo perpetrado a lo largo de los años y la inútil actuación de los entes de control que, en muchas ocasiones se convierte en complicidad con los saqueadores”.

Afirma, además, que “Como las cifras no mienten, por esa razón y con base en informes recabados de fuentes oficiales, hemos realizado este análisis del último decenio de la Contraloría Municipal de Ibagué que se explica por sí solo”.

(Lea también: Los cuantiosos fallos de responsabilidad fiscal de la Contraloría del Tolima)

Agrega que al “parecer algunos de los funcionarios a cargo del ente municipal se dedicaban a tan elogiables labores como realizar cursos en destinos turísticos en fechas como el Año Nuevo o Semana Santa; otros dormían; los de más allá meditaban, mientras se evaporaban los recursos destinados al inconcluso acueducto complementario, la restauración del Panóptico, la construcción de megaparques a precios exorbitantes, las innumerables remodelaciones del estadio Manuel Murillo Toro, las obras para los escenarios deportivos terminaron costando el doble, la contratación de obras fantasma, los sobrecostos del viaducto del Éxito, la construcción de los centros educativos o los dineros destinados a la alimentación de los escolares o la atención de la pandemia”.

En el remate del informe, Vapi cita un caso que durante todo este tiempo considera excepcional: “durante el gobierno de Luis Hernando Rodríguez Ramírez en donde se escenificaron los escándalos relativos al robo de los recursos y la destrucción de la infraestructura deportiva que se convirtieron en estigma para Ibagué en el panorama nacional, el contralor Edwin Riaño Cortés y su equipo en el periodo 2014 – 2015, no encontraron motivos para producir un solo fallo en ese luctuoso tiempo”.

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