Por: Andrés Mauricio Reyes Ospina*

En Neiva, un boyacense, se ató un lazo y se aventó al río grande de la Magdalena el pasado 14 de abril.  El Fraile-Jon, - seudónimo que adoptó por considerarse protector del agua para llamar la atención frente a la defensa del preciado líquido,  para lo cual tomó la iniciativa de recorrer nadando el Rio Magdalena como una forma de protesta,  preocupado por las diferentes problemáticas que atacan el ambiente en Colombia.

Este guardián del agua, es un hombre de 52 años, con un carisma arrollador y un carácter sólido, arrancó su travesía desde la ciudad de Neiva, haciendo estaciones en cada municipio rivereño del rio grande de la Magdalena llevando a cuestas una consigna clara: “Cuidar la vida, preservar la vida, para que esto ocurra hay que preservar el agua, preservar la vida que nos mantienen con vida y por esto decimos No al Fracking”, sostiene el Fraile-Jon.

Esto ocurre en momentos que el gobierno colombiano se avienta también a desarrollar más explotaciones petroleras en diferentes partes del país mediante la técnica del Fracking, poniendo en riesgo las fuentes de agua internas que sustentan la vegetación de los territorios, la estabilidad geológica, los hábitats de animales y plantas y la permanencia segura de las comunidades en esos territorios.

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Este acto simbólico pretende dejar un mensaje importante: “al gobierno le digo no haga Fracking, no dañe, no venda nuestros recursos naturales, para esto me apego al artículo 79 de la constitución política nacional que dice: “el gobierno debe propender por un ambiente sano para habitantes de su territorio”. Así mismo me amparo en el artículo 37 de CCP “Toda parte del pueblo puede reunirse y manifestarse pública y pacíficamente”. El llamado de Frailejón se basa en una frase y contundente “ambiente sano con agua mala, no es ambiente sano”, comenta el Fraile-Jon. 

A la fecha ha transitado por los municipios de Natagaima, Purificación, Suarez, Girardot y Nariño (Cundinamarca) volviendo a retornar al Tolima para llegar a Ambalema, siguiendo su tránsito hasta Honda y de ahí, hasta llegar a Bocas de Ceniza en Barranquilla donde El Magdalena se encuentra con el océano Atlántico y en donde, con todos las dificultades en esta travesía, convierta la energía de este hombre en una avalancha para pronunciarse frente al fracking.

 *Comunicador Social Periodista