La crisis financiera que afronta la entidad, la alta contratación de personal “para pagar favores politiqueros” y el mal servicio en los puestos de atención, llevaron a que el concejal Jorge Bolívar le solicitara a la Superintendencia de Salud que intervenga la Unidad de Salud de Ibagué (USI).

En medio de un debate de control político al gerente de la USI, Jorge Cabrera, el concejal sostuvo que la entidad afronta una crisis tan grave, que resulta inminente su quiebra; por lo que solicitó la intervención oportuna y preventiva de la Superintendencia.

Según Bolívar, la debacle de la USI comenzó desde el gobierno del exalcalde Andrés Hurtado, y las finanzas de la entidad se han mantenido en números rojos en el gobierno de la alcaldesa Johana Aranda. 

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La USI en cuidados intensivos

De acuerdo con las cifras que mostró el concejal Bolívar, desde el gobierno del exalcalde Hurtado la USI cada año reporta mayores pérdidas económicas. Aunque Hurtado recibió saneada la USI por parte de su antecesor Guillermo Alfonso Jaramillo, con utilidades cercanas a los $3.000 millones en el 2019, la entidad en términos financieros ‘se fue a pique’ desde el 2021.

Los números de Bolívar evidencian que, contrario a las ganancias que dejó Jaramillo, las cuales Hurtado solo pudo sostener en el 2020 por un valor de $469 millones, a partir del 2021 las finanzas en la USI se desplomaron. En el 2021 hubo pérdidas por $1.189.796.240, en 2022 por $3.321.945.869 y en 2023 por $1.411.501.793. La misma senda continuó en la administración de la alcaldesa Aranda que, en su primer año, 2024, tuvo pérdidas cuantiosas en la USI por $1.851.643.269.

“En la administración de Jaramillo la USI dio utilidad, del 2018 al 2020. Los puestos de salud estaban abiertos, los de la zona urbana también, había personal en la zona rural haciendo visitas, había quirófanos. Pero llegaron esta administración y la anterior, y las pérdidas acumuladas son de $7.774.887.171”, expuso Bolívar.

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Una bolsa de empleo

En ese sentido, el concejal conservador sostuvo que la gran cantidad de personal contratado, especialmente por Órdenes de Prestación de Servicios (OPS), consumen más del 70 % del presupuesto de la USI.

 “La bolsa de empleo más grande de Ibagué es la USI. Entre planta permanente, planta temporal, OPS y contratos de prestación de servicio, tiene más de 1.300 personas. Esto no lo tiene ni un hospital de cuarto nivel. La plata entra, pero en su gran mayoría la gastamos en personal para pagar favores politiqueros, y muchas de ellas ni siquiera van a prestar sus servicios en la USI”, aseveró Bolívar.

Las cifras mostradas por Bolívar indican que, de los más de $70.000 millones que tuvo la USI como presupuesto en el 2024, $59.727 millones los gastaron en la planta de personal. Contrario a esto, la entidad atraviesa una crisis en la calidad de los servicios que presta en sus puestos de salud rurales y urbanos. De los 19 puestos de salud urbanos, apenas ocho permanecen abiertos, aunque algunos solo de manera temporal o parcial.

Entre los 11 puestos de salud cerrados, figuran los de los barrios Gaitán, Kennedy, Jordán segunda etapa, Uribe Uribe, Arado, entre otros. Y como si fuera poco, Bolívar reveló que en los puestos de salud abiertos escasean los medicamentos.

“No le están dando los medicamentos al personal para entregarles a sus pacientes. Muchos tienen que comprar los medicamentos en las calles para que se los apliquen en los puestos de salud. No tienen Dipirona, Diclofenaco, Metoclopramida, Ondansetron, Salbutamol, Tramadol de 50 mg”, detalló.

En el debate, el concejal también expuso que la USI padece la falta de laboratorios, equipos de rayos X, ambulancias y quirófanos. “Tienen una sola ambulancia por turno para una ciudad de 600.000 habitantes. Tienen dos quirófanos, pero ninguno funciona. Las finanzas como que las manejan muy bien, pero la parte asistencial está totalmente destruida”, aseveró el cabildante.

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Intervención urgente

Al final de su exposición, el concejal sorprendió por el mensaje que le envió Giovanni Rubiano García, el superintendente de Salud, a quien le pidió que inicie una intervención formal en la USI de Ibagué antes que sea demasiado tarde.

Se trata de una medida especial con la cual la Superintendencia asume el control administrativo y financiero de cualquier entidad de salud. Esto, dejaría a la alcaldesa Aranda y a su gerente sin el control de la entidad que dirige el sistema de salud público en la ciudad.

“La plata se la están gastando en burocracia, el 72 % del presupuesto del 2024 se lo gastaron en personal, cada año pierden más de $1.500 millones por la plata que se gastan en burocracia, han recibido más de $50.000 millones por parte del Municipio y se lo han gastado en personal, y han recibido más de $8.000 millones del Gobierno nacional y se lo han gastado pagando favores politiqueros”, arguyó Bolívar.

De momento, el Hospital Alfonso Jaramillo Salazar del Líbano es la única entidad de salud que ha sido intervenida por el gobierno Petro en el Tolima, con grandes avances en la formalización del personal, pero sin mayores noticias sobre las mejores en los aspectos de atención y prestación de servicios.