La polémica construcción de la carrera Sexta con calle 59 en Ibagué continúa adelante pese a los cuestionamientos por la aparente violación de normas urbanísticas. Así lo denuncian los integrantes de la Veeduría Ciudadana de Control Urbano (VEECU).

De acuerdo con ellos, la obra de cinco pisos de altura, ubicada en el barrio El Limonar, incumple los parámetros de la licencia de construcción que le otorgaron en enero del año 2023.

“El propietario construye un edificio de cinco pisos completamente diferente a lo autorizado por dicha licencia de construcción, edificando sobre los entrejardines, se salió de los parámetros establecidos por Planeación Municipal, y lo que es más grave aún, no cumple con la norma sismorresistente”, asegura la veeduría.

En septiembre del año 2023, la Secretaría de Gobierno ordenó suspender las obras por flagrantes violaciones de las normas urbanísticas, como la invasión del espacio público. Por lo tanto, los propietarios tuvieron que derribar parte de la estructura y modificar las obras, especialmente del primer piso. Así, pudieron reanudar las obras al cabo de un mes.

Sin embargo, los veedores sostienen que la violación de las normas persiste, a más de un año desde la reanudación de las obras. Por lo cual le piden a la alcaldesa Johana Aranda que designe un equipo de expertos para constatar los incumplimientos y ordenar su demolición defitinitiva.

• Puede leer: Reportan un avance del 71 % en las obras de la piscina de olas

“Dejamos en sus manos la responsabilidad ante esta violación evidente de las normas de construcción y de control urbano en la ciudad de Ibagué. Confiamos en el cumplimiento honesto de su deber, funciones y compromiso como primera autoridad de la ciudad”, le dicen.  

En una reciente visita guiada por los veedores, el equipo de El Cronista.co pudo evidenciar que la edificación dejó 1.50 metros de andén sobre la carrera Sexta, aunque el plano de la licencia de construcción indica que debería ser de 2.50. Asimismo, en la zona de antejardín construyeron un cerramiento sólido, aunque la norma lo impide.

Adicional a esto, las placas o planchas de cada piso incumplirían con el grosor requerido para cumplir con las normas antisísmicas.

“Ese edificio de la 59 es un ícono porque falla en lo urbanístico porque se tomó el andén y antejardín. Y el otro problema es que no cumple con las normas sismorresistentes. Es decir, con la ocurrencia de un mediano sismo en la ciudad de Ibagué, dicha edificación se derrumbaría cobrando vidas humanas”, explican.

• Lea también: Más de 50.000 ibaguereños dejaron de montar en buseta

Los veedores afirman que, como el caso de la calle 59, conocen por lo menos 10 más en Ibagué. Lo que refleja el crecimiento desordenado de la ciudad.

“Ibagué es un caos. No se cumple ninguna norma, no hay control. Cada persona construye donde quiere, como quiere. Nos falta una oficina con las herramientas necesarias para ejercer ese control. Por eso la ciudad es cada vez más fea y caótica”, aseveran.

El Cronista.co buscó a Edward Amaya, secretario de Gobierno de Ibagué, para conocer a qué se debe la falta de vigilancia y control por parte de las autoridades. Sin embargo, hasta la publicación de este informe prefirió guardar silencio.