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Modelos de webcam tienen derechos laborales

Modelos de webcam tienen derechos laborales

La decisión de la Corte se convierte en un fallo trascendental en materia de trabajos por redes sociales, porque vincula a las personas que realizan labores de modelaje por la webcam como un oficio en donde quienes realicen esta actividad tienen derechos laborales como cualquier otro trabajador. 

La Corte en su fallo fue fuerte con el Congreso, organización que acusan de solo ocuparse en intervenir dicha actividad como una fuente de recaudo tributario, pues la única norma que hace referencia a esta actividad del modelaje es la Ley 2010 de 2019, en donde tienen calidad de agentes retenedores los exportadores de servicios de entretenimiento para adultos a través del sistema webcam.

Según el fallo, deja claro la actividad de entretenimiento para adultos: “Dentro de la industria del sexo, como género, se pueden agrupar diferentes especies como la prostitución, la pornografía y, más recientemente, el modelaje webcam, pues aunque en ocasiones se ha pretendido trazar una línea divisoria para separar aquellos oficios de la prostitución, en un esfuerzo por desligarlo de la estigmatización histórica que pesa sobre los mismos , es claro que el común denominador que existe a todas estas prácticas es el intercambio de determinados servicios de índole sexual por una contraprestación pecuniaria”.

La decisión la tomó el Magistrado Alberto Rojas de la Sala Novena de la Corte que, en un estudio realizado al caso a favor de una mujer que fue desvinculada sin garantía laboral alguna cuando tenía 8 meses de embarazo, porque para el propietario del estudio webcam, su relación no era laboral sino comercial.

El alto tribunal informó que, aunque el oficio del modelaje webcam no está regulado en Colombia, esto no significa que  estén por fuera de la Constitución y la ley, por lo que no puede ser un escenario para abusos y violación de derechos, como la demanda resuelta. 

Pero la realidad del fallo tiene otro contexto que se debe analizar de fondo, y es la no protección y vulnerabilidad de las personas que entran a la industria del sexo por situaciones como la pobreza y falta de oportunidades, lo que en una cultura sexista, globalizada y movida por el afán de lucro abre paso a que algunos busquen tomar provecho de las circunstancias apremiantes de estas mujeres.

El Congreso ahora tiene que legislar a favor de las personas que modelan por las webcam, en especial mujeres, pero puede aprovecharse esta oportunidad para crear mecanismos de protección a las personas que trabajan dentro de este sector.

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