Todo indica que la rectoría de Omar Mejía está en la dirección de recomponer los males administrativos que hasta hace poco pusieron en peligro la viabilidad del principal centro de educación superior del departamento, sigue igual o peor que la José Herman Muñoz Ñongo. 

En  un  audio que conoció El Cronista.co, el ex miembro del Consejo Superior de la Universidad del Tolima, y hoy perteneciente al sindicato Aspu, el profesor Alexander Martínez  Rivillas, hace serias denuncias de irregularidades administrativas que sobre distintos temas se estarían presentando en la UT.

En la primera parte del audio, el profesor Martínez Rivillas afirma que la actual rectoría que preside Omar Mejía, es literalmente igual a la del polémico rector anterior  Muñoz Ñungo.

Dice por ejemplo que en materia de obras civiles se vienen haciendo las mismas improvisaciones que se dieron en el rectorado de Muñoz. Y pone como ejemplo el acueducto de la granja de Armero que se entregó con problemas en la calidad de la construcción y con sobre costos.

Denuncia también desorden a la hora de la selección de los contratistas e interventores.

Cita la irregularidad en la construcción de la cancha de la universidad (no especifica a qué cancha se refiere), podría ser de la fútbol, porque dice que la obra del drenaje quedó mal hecha y hay que hacerla de nuevo.

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En esta parte, el profesor Martínez Rivillas, insiste que en la UT hay mala planeación, lo que significa que se trata del mismo fenómeno de la rectoría de Muñoz, pues los contratistas llegan a aprender e improvisar en lo que tiene que ver con obras civiles.

Denuncia también que el edificio del centro de salud, sin estar priorizado, se está construyendo. "A mí me parece que esa no era la prioridad, la prioridad era la construcción de unos edificios de aulas que contaban con los recursos lo mismo que el edificio de investigaciones", dice.

En cuanto al edificio del centro de salud afirma que van a construir es un cascarón, porque no hay forma de contratar personal médico, ni sicólogos, ni odontólogos, lo mismo que la dotación de equipos. No hay recursos. En este punto dice que este proyecto sale de debajo de la manga justo antes de las elecciones de octubre.

 Denuncia también el profesor Martínez Rivillas que la universidad no tiene unos pliego tipo sino que caprichosamente de acuerdo a las obras los va cambiando. "Esos pliegos pareciera que están hechos a la medida de ciertos contratistas de la región".

Se refiere también a que no hay claridad en las cotizaciones de compras, para evitar imposición de precios de los constructores.

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Enfatiza que la universidad no tiene un mecanismo de evaluación de precios en los pliegos que sea sólido, o al menos, que garantice que no los  manipulen.

Dice que el sindicato hoy es ignorado y que él, el profesor Martínez  Rivillas, lo consideran una piedra en el zapato y por eso lograron sacarlo del comité de contratación.

En la actualidad, afirma, ese comité de contratación es una rueda suelta y debido a eso se pueden estar cometiendo irregularidades.

Seguramente, la afirmación más contundente del profesor Rivillas es cuando dice que la UT sigue capturada por la clase política.

 Afirma que la rectoría no le respondió un derecho de petición donde solicitaba información sobre la reestructuración del personal: "No muestran cómo se gastan la plata, no se sabe en qué va la reestructuración".