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La tendera que se propuso que ningún niño de su barrio se quedara sin regalo
Con recursos propios, trabajadores ibaguereños apadrinan y entregan regalos a niños y niñas del sector Milagro de Dios.
La ocupación Milagro de Dios está integrado por tres barrios informales. Uno de ellos es Villa Prado, donde hace seis años, en una pequeña tienda llamada Getsemaní, nació una iniciativa de amor y compromiso social.
Si algo tienen garantizado los niños y niñas de este sector durante diciembre es su regalo de Navidad. Todo gracias a doña Ana Beatriz, quien desde su negocio se empeñó en un propósito claro: que la falta de recursos no privara a los más pequeños de la alegría de estrenar un juguete.
“La campaña nació cuando, en la tienda, comenzamos a notar que niños de los barrios de la parte baja de la ocupación pasaban por varios negocios y preferían comprar en el nuestro. A partir de esa fidelidad surgió la iniciativa ‘Haz feliz a un niño fiel’”, contó doña Ana.
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El nacimiento de una tradición
La entusiasta tendera comenzó a gestionar apoyos con los trabajadores de las empresas que surten su negocio. Así consolidó un plan de apadrinamiento que ha crecido tanto que, hoy en día, prácticamente todos los niños de la zona reciben un detalle.
La tradición comenzó en diciembre de 2019. Doña Ana pidió a sus pequeños clientes que redactaran cartas contando qué deseaban para Navidad; ella se encargó de ser el puente con sus proveedores, quienes aceptaron el reto de convertirse en padrinos.
“Nosotros somos trabajadores de la empresa Colombina y hacemos esto de corazón, con nuestros propios recursos. Recuerdo que empezamos con apenas cinco regalos; cada año se suman más compañeros y beneficiamos a más niños”, relata Sergio Rodríguez, uno de los padrinos vinculados.
Una jornada de alegría
El pasado domingo 21 de diciembre, empleados de distintas marcas se unieron nuevamente a esta loable causa. Gracias a su gestión, entregaron regalos a cerca de 80 niños y niñas.
Como es costumbre, doña Ana preparó un refrigerio especial para los menores, sus familias y los padrinos y madrinas que visitaron el barrio. Fue una jornada marcada por la solidaridad donde, además de los juguetes, se entregaron ocho mercados a las familias en mayor condición de vulnerabilidad del sector.
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