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La negligencia que tiene incompletos a los colegios de Ibagué

La negligencia que tiene incompletos a los colegios de Ibagué

Imagen de referencia. Del colegio Alfonso Palacio Rudas. 

El pasado 16 de septiembre los estudiantes del Colegio Ciudad Luz bloquearon la avenida Pedro Tafur, entre otras cosas, por la demora en las obras complementarias de la institución. Y es que, aunque el dinero fue aprobado desde el año 2020, a la fecha ni siquiera se han contratado las obras.

En la actualidad, además del Ciudad Luz, también otras instituciones permanecen a la espera que les terminen sus instalaciones: Francisco de Paula Santander, Germán Pardo García sede Jorge Quevedo, Juan Lozano y Lozano, Alfonso Palacio Rudas y Darío Echandía.

Se trata de las obras complementarias que debía ejecutar la Alcaldía de Ibagué tras intervención del Fondo de Financiamiento de la Infraestructura Educativa (FFIE) en los colegios beneficiados (o afectados) con el proyecto de Jornada Única. Son obras como senderos peatonales, cerramientos, muros de contención, andenes, canales de aguas lluvias, entre otras adecuaciones.

Sin embargo, la Alcaldía no ha podido contratar ni mucho menos ejecutar las obras, pese a que, los recursos están asegurados dentro de un empréstito por $105.000 millones.

En dos ocasiones la Alcaldía intentó contratar las obras para los seis colegios: primero en el 2023, en la administración del exalcalde Andrés Hurtado, y ahora en el 2024, con la alcaldesa Johana Aranda. En ambas ocasiones, las licitaciones públicas por cerca de $5.000 millones fueron revocadas debido a “groseros errores” encontrados en la formulación de los proyectos.

El Cronista.co accedió a las observaciones que plantearon varios oferentes en la más reciente licitación. La mayoría tenían que ver con presuntas irregularidades en la experiencia exigida, desajustes en el presupuesto y el poco tiempo establecido para ejecutar las obras.

Uno de los reclamos más vehementes lo hizo el Consorcio Tolima IK, quien criticó que en el pliego la Alcaldía exigiera experiencia específica en proyectos por 21.049 metros cuadrados, aunque la intervención en los colegios apenas alcanzaba los 4.000.

“Se solicita modificar y establecer la cantidad de experiencia en 3.973,09 m2 y no de 21.049,47 m2, que es el área verdadera para construir/intervenir”, pidió dicho oferente. Petición desestimada por la Alcaldía.

Por su parte, la empresa Inciteco SAS, cuestionó que exigieran experiencia en la ejecución de andenes muy superior a la que en realidad se requería para los colegios a intervenir.

Otros oferentes, como Jorge Iván Riaño, consideraron que apenas tres meses era muy poco tiempo de plazo para terminar las obras contratadas en los seis colegios. Plazo que solo un contratista irresponsable podría aceptar. Sin embargo, esta observación también fue desestimada por la Alcaldía.

Llama la atención que estos mismos errores aparecieron en el primer intento de licitación que también fue revocada en mayo del 2023. Pese a esto, no los corrigieron para el 2024, y también fueron motivo para una nueva revocatoria.

Entretanto, las estudiantes de estos colegios públicos siguen a la espera de tener completas sus instituciones. Todo por la aparente e inexplicable negligencia de la Alcaldía.

Así, el pasado 26 de agosto la Alcaldía emitió la resolución No. 1700, a través de la cual revocó la última licitación. En el documento solo reconoció algunos de los errores por los que fracasó el proceso. Admitió que había errores en las unidades de medida para establecer los costos reales de las obras a contratar. Es decir, el presupuesto estaba desfasado.

“Se denotó que algunos de los ítems presentados por los consultores no se adecuaban al Sistema Internacional de Unidades de Medida, situaciones ambas que podrían inducir en error a los oferentes al momento de formular las propuestas respectivas, lo cual conllevaría a una eventual declaratoria de desierto del proceso de selección”, reza el documento.

En lugar de corregir los reiterados errores, la Alcaldía prefirió desechar una vez más el proceso.

¿Qué hay detrás de la sospechosa negligencia?

El Cronsita.co consultó a una fuente confiable de la Alcaldía, quien pidió reserva de su identidad por obvias razones, y aseguró que la dilación en la adjudicación de estas obras se debe a la intención de entregarle el contrato a un determinado oferente, escogido previamente por la entidad. Lo que ha sido difícil debido a la especial insistencia de los demás aspirantes.

“Manteniendo esos errores groseros lo que quieren es cansar a los demás oferentes y dejarle el camino allanado al que ya tienen escogido. Solo un contratista así puede aceptar un contrato en esas condiciones irregulares. Después cuadran en el camino con adiciones presupuestas y prórrogas que le den”, aseveró dicha fuente.

Para la fuente, resulta insólito que la Alcaldía persista en dichos errores, aunque cuente con personal jurídico y técnico de sobra.

“No les importa estar pagando intereses por esa plata guardada en el banco, no les importa que los niños sigan con sus colegios incompletos, no les importa la gente. Con tal de esperar la oportunidad para darle el contrato al que les conviene, esperan lo que sea”, señaló.

Sin embargo, hasta ahora El Cronista.co no ha podido establecer los las posibles conexiones entre alguno de los oferentes y la administración de la alcaldesa Aranda.

Otro aspecto que preocupa a la fuente consultada, es el costo de las obras que cada vez será mayor, por lo cual no alcanzará el presupuesto actual. “Los $5.000 millones para estas obras están proyectos desde el 2020, pero obviamente cada año sube el costo de los insumos, y esa plata ya no va a alcanzar”, expuso.

Ahora la Alcaldía tendrá que esperar hasta la vigencia del 2025 para lanzar por tercera ocasión la licitación de las obras complementarias.

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