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El renacimiento del liberalismo tolimense es obra de mujeres y hombres jóvenes: Alberto Santofimio

El renacimiento del liberalismo tolimense es obra de mujeres y hombres jóvenes: Alberto Santofimio

Alberto Santofimio, político tolimense, exsenador y exministro de Justicia de Colombia, reconocido por su trayectoria en el Partido Liberal.

Como es de conocimiento público, el otrora jefe único del Partido Liberal, que condujo a esta colectividad a una de las mejores épocas de su historia en el Tolima, es consultado desde diversos sectores para conocer su opinión frente a los problemas más sentidos por la sociedad, especialmente los de índole política.

En este sentido, Alberto Santofimio ha sido invitado a diversas reuniones por viejos y jóvenes liberales para conocer su pensamiento sobre la crisis y la división que atraviesa el partido rojo en el Tolima, provocada por la renuncia del exsenador Mauricio Jaramillo Martínez. Una de ellas fue en el municipio de El Espinal, donde participaron dirigentes del directorio liberal, veteranos líderes junto a jóvenes que querían evaluar salidas frente al caos que viven los rojos en la actualidad.

Inicialmente, Santofimio dijo que el futuro del partido debe ser de grandes reformas sociales, advirtiendo a la audiencia que él “es un libre pensador, liberal de ideas, historia, sentimientos y hasta de recuerdos”, pero que no puede ser “coherente con la actual organización política de ese partido que es ajeno a sus convicciones en la defensa de los derechos humanos, las libertades públicas y el progreso social. Del Partido Liberal de José Hilario López y Manuel Murillo Toro a la insustancial fábrica de avales y componendas de la circunscripción nacional para elegir senadores hay un profundo abismo. Se llama Partido Liberal como pudo llamarse el del dictador Somoza en Nicaragua”.

Y luego agregó: “El partido de la Revolución en Marcha de López Pumarejo y Echandía, con claros derroteros ideológicos y propuestas sociales que transformó a Colombia, que rompió las vértebras en la concepción de la función social de la propiedad, a un partido lánguidamente acomodado a reelegir o a elegir candidatos de otros partidos, por acuerdos burocráticos de conveniencia, hay otro profundo abismo”.

Dentro del análisis crítico que hizo el exdirigente liberal en El Espinal, manifestó que el Partido Liberal ha perdido todo su ideario reformista y de luchas sociales, y que se ha convertido en un partido retrógrado y reaccionario que se opone a todo cambio social.

Los estallidos sociales, la inconformidad de las nuevas generaciones con la política, la violencia, la inseguridad y la muerte dominando vastas regiones del territorio colombiano nos demuestran que para conquistar la paz, la convivencia, la concordia y el entendimiento entre compatriotas se requieren grandes reformas a la estructura constitucional”, planteando de esta forma su acuerdo con la convocatoria de una asamblea constituyente para reformar la Constitución del 91, que en su criterio engendró retrocesos democráticos como la circunscripción nacional para el Senado. “Como tratado de paz, como alero común para convivir los colombianos, la Constitución de 1991 ha fracasado. Llena de retórica garantista, no ha logrado en sus 34 años de vigencia el objetivo esencial de la paz. Como lo dijo un pensador francés, Fernando Lasalle, la constitución no puede ser una simple hoja de papel”.

Y añadió:La guerra y la violación sistemática a los derechos humanos campean en múltiples regiones de Colombia. El Acuerdo de La Habana resultó siendo vigente tan solo para un sector de las FARC. El noble propósito de la paz total, comenzando por el ELN, a un año de terminar el gobierno de Gustavo Petro, aparece como un sueño no realizado”.

Más adelante volvió a cargar sus severas críticas contra el partido: “El liberalismo traicionaría su más pura esencia apareciendo como una secta antirreformista, como boceto de un conformismo inexcusable y no como el partido de los inconformes, los débiles y los oprimidos. El liberalismo heredero de Uribe Uribe, de Gaitán y del MRL, de López Michelsen no puede ser jamás una colectividad antirreformista y reaccionaria. Las grandes reformas a la justicia, el Congreso, la política y la organización territorial no se podrán lograr en el futuro sino por dos caminos: revolución o reforma”, manifestó Santofimio.

“La cohabitación con el conformismo y la negación a hacer las grandes reformas constitucionales y sociales son absolutamente contrarias a la esencia, la tradición y la razón de ser del liberalismo colombiano”, subrayó Santofimio.

Luego del encendido discurso del exministro y exsenador tolimense, varios jóvenes y veteranos asistentes, hombres y mujeres, inclusive el directorio liberal, se pronunciaron para que, a través de una convención popular, reasumiera la condición de jefe liberal. Él les respondió que el “renacimiento y la reconstrucción del liberalismo tolimense es misión y tarea de las mujeres y los hombres jóvenes para conquistar el futuro que bien merecen”, alejando toda posibilidad de cargos de dirección en su partido.

Quienes ya tuvimos todos los honores y todas las responsabilidades tenemos una única misión: exponer ideas, contar experiencias y mostrar caminos”, finalizó diciendo Santofimio, quien fue largamente aplaudido.

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