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El asfixiante centralismo
Por: Edgardo Ramírez Polanía
El centralismo ha sido uno de los peores sistemas de gobierno que afecta a las regiones, porque la asignación de los recursos públicos para su desarrollo, queda al arbitrio de los gobernantes de turno.
Con ese método, se destinan los recursos públicos, en los territorios no conforme a sus necesidades básicas, sino generalmente hacia los departamentos que han manejado la hacienda pública y la planeación nacional, a través de una élite tecnocrática y política que nunca han resuelto los problemas del país, y una clase económica con representantes en el Congreso de la República, que exigen del gobierno central la inclusión de mayores programas en el presupuesto nacional.
Algunos políticos adeptos al gobierno de turno, son quienes usufructúan de la centralización y la distribución de los recursos del Estado y afecta a aquellas regiones alejadas de las influencias políticas nacionales y las deja sin educación, sin vías, sin salud, sin puentes y sin medios para poder trabajar y cubrir sus necesidades básicas, que generan las desigualdades sociales.
Esa actitud, se debe a que los gobernantes se creen los autores de una política providencial, que ellos pueden encauzar y dirigir. Pero ello, no implica que ese razonamiento se acomode a las verdaderas categorías por las cuales han sido elegidos, ni que los resultados de su acción, resulten ser lo que esperan los ciudadanos para sus finalidades sociales.
Esa ha sido la razón por la cual el gobierno nacional, ha concentrado los recursos públicos en cuatro grandes capitales, Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla y en algunos centros agrícolas e industriales y el resto del territorio ha estado desprovisto de importantes inversiones, que han sido la causa de su atraso y su lento desarrollo.
Uno de los departamentos afectados por la actitud centralista del gobierno, ha sido el Tolima donde sus obras, están aplazadas y otras demoradas, como son la suspensión de la vía de 16 kilómetros entre Ibagué y Cajamarca, que hace parte del corredor de movilidad Bogotá-Buenaventura que conecta el centro del país con el mar Pacífico Colombiano, que no se realizará, según lo manifestó Francisco Ospina presidente de la Agencia Nacional de Infraestructura.
Los mismo ocurre con la vía 40 en el tramo de Bogotá- Girardot, o tercera calzada, que ha estado paralizada, causando problemas en movilidad y el comercio, tanto de pasajeros como de mercancías de Bogotá hacia Buenaventura y de ese puerto hacia el interior del país, con serios problemas en el desplazamiento y el turismo, en los municipios de Melgar, Girardot, Ricaurte, Fusagasugá, El Espinal e Ibagué y otras ciudades del departamento.
El gobierno nacional, hace décadas, no le ha cumplido al departamento del Tolima su aporte al desarrollo nacional, con asignarle los recursos para sus planes de desarrollo. En el presupuesto bienal de regalías 2025-2026, se disminuyó al departamento la suma de $ 122.000 millones de pesos, que deja sin financiación los presupuestos aprobados para obras de infraestructura.
La falta de atención de los gobiernos a algunos departamentos es evidente, como el Tolima que en los últimos años, no ha hecho posible la construcción de un aeropuerto internacional ampliando el actual, como sí lo tiene Armenia, con trayectos a varias ciudades del exterior y del país, que han incidido en su rápido desarrollo turístico y empresarial. Armenia tiene 300.000 habitantes y fue fundada 339 años después que Ibagué que tiene 600.000 habitantes y tuvo a cargo la Dirección de la Aeronáutica Civil en cuatro oportunidades de varios gobiernos.
Las entidades territoriales requieren mayor atención del gobierno central, por cuanto deben atender los asuntos de orden público y ejecutar los planes de desarrollo. Sin embargo, el asfixiante centralismo, justifica su incumplimiento con el argumento de la moralidad del gasto, mientras a nivel central el despilfarro y la corrupción son el elemento principal de los déficit fiscales y de tesorería.
Las transferencias han sido la principal estrategia de descentralización en el campo fiscal, amparadas con la Ley 11 de 1986, y posteriormente con la Constitución de 1991. A partir de 1986, se hizo un avance en la independencia regional con la elección popular de alcaldes y gobernadores, que se debilitó en los gobiernos de Andrés Pastrana, Iván Duque y Juan Manuel Santos, y por tal razón, Salomón Kalmanovitz, dijo que: “Colombia tiene una historia trágica en el establecimiento y la consolidación del centralismo político”.
La historia del departamento del Tolima, está ligada a los hechos que formaron las instituciones de nuestra República. Su ubicación privilegiada y su vocación agroindustrial, financiera, cultural, comercial y turística, requiere mayor atención del poder central en la asignación de recursos de la nación para su desarrollo. Su capital Ibagué, ocupa el sexto puesto entre las ciudades del país y de mayor posibilidad de crecimiento de América Latina según el Banco Mundial.
El gobierno nacional, debe tener más en cuenta a los departamentos en los planes de desarrollo nacional. Sólo así podremos tener un país en paz y con justicia y equidad social.
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