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Desgarrador testimonio de la novia de Santiago Murillo
Se cumplieron tres meses desde la trágica muerte del joven Santiago Murillo en Ibagué. El pasado primero de mayo la ciudad se estremeció por el asesinato del joven de apenas 19 años, presuntamente a manos de un policía.
Pasa el tiempo y no se conocen resultados concretos del proceso. Su familia pide justicia, para que este caso no quede en la impunidad como tantos otros.
La novia de Santiago, Estefanía Silva, escribió un estremecedor relato que evidencia el calvario que ha sufrido desde el asesinato de Santiago. Su vida se desmoronó desde aquel trágico primero de mayo, aunque, asegura Estefanía que presentía una tragedia.
«Días anteriores a esto estaba muy triste, lloraba todos los días y le decía a Santiago: “siento que algo malo va a pasar”. Él me decía, “tranquila, todo va a estar bien”. No sabía que esa era la última noche que lo vería, que lo besaría y le diría lo mucho que lo amaba», recordó Estefanía.
En la noche de ese sábado primero de mayo, el cuerpo de Santiago cayó en plena calle 60 con carrera Quinta, frente a Panamericana. Una bala, que habría disparado el mayor de la Policía Jorge Mario Molano, impactó directamente en su corazón. De inmediato, personas que pasaban por allí después de una jornada de protestas sociales, lo llevaron a la Clínica Nuestra.
Entretanto, las redes sociales se convulsionaron con el video en el que se veía caer herido a un joven. Estefanía reconoció la ropa de Santiago, quien se dirigía a su casa, después de visitarla a ella.
“Había comenzado a marcar al celular de él muchas veces y no me contestaban, estaba muy nerviosa. Hasta que me contestan, pero no era Santiago, era el vigilante del hospital, en ese momento supe que todo estaba mal. Me dijo que él estaba herido, desesperada empecé a gritar y me dirigí afuera a tomar un taxi con mi mamá, llegamos a la clínica”, relató Estefanía.
Al llegar a la Clínica, la hicieron pasar con el médico que había atendido a Santiago.
- Hicimos todo lo posible por 30 minutos, tratamos de reanimarlo y luego lo pasamos al quirófano para tratar de salvarlo, pero no fue posible.
Esa fue la frase que trastornó la vida de Estefanía. Le arrebataron el amor de su vida, como lo recuerda ahora, tres meses después.
El médico le explicó a Estefanía que la bala entró directamente en su corazón, atravesó su pulmón y finalmente se alojó en el hombro.
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«Me mostró la fotografía del pecho de Santiago, donde se veía la entrada de la bala que acabó con su vida. Dijo que lo sentía mucho. Quedé en shock y empecé a llorar, me empezó a doler mucho el pecho, decía: esto no puede ser cierto, no puede ser posible, dentro de mí le hablaba a Santiago y le decía “te amo” una y otra vez”», rememoró Estefanía en su recuento.
En los pasillos de la Clínica Nuestra, cuando ya habían llegado los padres de Santiago, Estefanía solo pedía que la despertaran, pues todavía albergaba la vaga esperanza de que todo se tratara de una pesadilla, una horrible e irreparable pesadilla. No obstante, era la cruda realidad. A Santiago le habían quitado la vida.
“Los días que siguieron no comía, no podía dormir, me dolía todo mi ser. El dolor que tenía en el pecho era tan fuerte, tener que entrar a mi habitación y ver que Santiago no estaba ahí. Ver la última pijama que se puso cada día y olerla, no he sido capaz de lavarla, atesoro cada cosa, sobrevivir es muy difícil, lloro todos los días”, expresa.
El golpe emocional para Estefanía ha sido tan fuerte, que trastocó totalmente su vida. “Las personas no lo entendieron, simplemente se alejaron de mí, dejándome sola en este momento tan duro. La mayoría de días lloro desconsoladamente, siento desesperación, tengo ataques de pánico, siento que no puedo respirar, no salgo de mi casa porque siento que va a pasar algo malo. Tengo miedo de que a las personas que son importantes para mí les pase algo”, contó.
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En medio de tanto sufrimiento, a Estefanía solo le queda el consuelo de esperar que se haga justicia en el caso de Santiago. Por lo tanto, pidió que la Corte Constitucional agilice el proceso para definir el conflicto de competencia. Si bien el mayor Molano pasa sus días en la cárcel de Picaleña, todavía no hay una condena en su contra.
“Necesitamos que se haga justicia y que no olviden a Santiago, necesitamos seguir ejerciendo presión para que condenen al culpable”, sentencia Estefanía.
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