Hace apenas dos días, el exalcalde de Ibagué, Andrés Hurtado, había reconocido públicamente el temor que lo invadía por la suerte que podían correr sus cuotas burocráticas en el gobierno de la alcaldesa Johana Aranda, ahora que la relación de ambos pasa por su peor momento.

Pues bien, los peores presagios de Hurtado pronto se materializaron, ya que en las últimas horas la alcaldesa Aranda les pidió sus renuncias protocolarias a varios integrantes de su gabinete, entre secretarios, directores y gerentes. La mayoría son personas muy cercanas al exalcalde, quienes eran fichas directas suyas en el gabinete de Aranda.

La primera salida confirmada fue la de Óscar Huertas, un leal alfil de Hurtado, quien se venía desempeñando como jefe de Gestión del Riesgo de Infibagué. Sin embargo, suenan para salir otras fichas todavía más claves para Hurtado, como la gerente y la secretaria general del IBAL, Érika Palma y Magda Herrera, respectivamente.

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Asimismo, suenan para dejar sus cargos figuras del autodenominado 'hurtadismo', como Leandro Vera, secretario de Desarrollo Social Comunitario; Iván Quesada, secretario General de la Alcaldía; y hasta el gerente del Sistema Estratégico de Transporte Público (SETP), Aquileo Medina.

De producirse por lo menos algunas de esas salidas, se confirmaría ahora sí la ruptura en la relación de la alcaldesa con quien fuera su jefe político hasta hace dos meses. Desde finales de abril, según reconoció Hurtado, Aranda dejó de contestarle el teléfono y su vínculo quedó fracturado.

Esto llevó a que en los primeros días de mayo Aranda hiciera cambios en su gabinete: sacó a varias cuotas de Hurtado o las trasladó a cargos de menor relevancia. Sin embargo, muchas otras cuotas del exalcalde, incluidos algunos parientes, continuaron en la Alcaldía . Por eso, de producirse un segundo remezón en el gabinete de la alcaldesa, terminaría de romperse la relación con su mentor político.

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La nueva crisis en la relación de Aranda y Hurtado llegó días después de que el exalcalde, al parecer, tildó de "tonta" a la alcaldesa en medio de un discurso público. Si bien después trató de desmentirlo, desde muchos sectores interpretaron las palabras de Hurtado como una ofensa contra Aranda por traicionar a su estructura política.

A la alcaldesa Aranda le habría molestado que, pese a las grotescas ofensas del exalcalde, nadie de su gabinete saliera a defenderla, al parecer por la fidelidad que le guardan a Hurtado en lugar de a ella.

Algunas versiones apuntan al cansancio de Aranda con la marcada injerencia de Hurtado en su administración, y también a un posible plan del esposo de la alcaldesa, Juan Arturo Gutiérrez, para alejarla de su jefe político. Ambas serían las principales causas de la ruptura.

Así, surge la posibilidad real de que Aranda se emancipe de "su padre político", quien la llevó al poder en el 2023 gracias a las maquinarias clientelistas de la Alcaldía de Ibagué. Lo que terminaría por debilitar la estructura política de Hurtado, que tenía en los puestos de la Alcaldía la moneda de cambio para sellar alianzas con otros sectores, movimientos o dirigentes.