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"Alias Hurtado y la ciudad sedienta"

Por José Baruth Tafur G
Abogado- Especialista U Externado
Magister Comunicación Política U Externado
Por alguna razón que solo él conoce, el exalcalde Hurtado siente una extraña fijación por los alias. Que cosa tan rara, ¿no?. Tiene la costumbre “ya casi caricaturesca” de bautizar a todos sus detractores políticos como si estuviera relatando imaginariamente un entorno criminal, así hablaran y se identificaran las bandas, “Los Pepos”, dijo recientemente, como si fuera el jefe de una facción en conflicto, más que un exmandatario responsable por una ciudad que aún sufre las secuelas de su gobierno.
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Uno se pregunta si este lenguaje tiene algún fin más allá del show mediático de tratar de que hablen de él. Porque si hablamos de persecuciones, los verdaderos perseguidos son los ciudadanos. Sí, los mismos ibaguereños de a pie que cada día luchan por sus familias que no pueden conciliar el sueño, pensando en qué van a hacer al día siguiente para solucionar la crisis económica que viven, que sumado a ello en pleno 2025 siguen sin agua potable en sus casas, como si estuviéramos en la década del abandono.
Los bloqueos en El Salado no son otra cosa que un grito desesperado de quienes han normalizado cargar baldes, bañarse con totuma y rogar por que vuelva el agua, cómo olvidar que durante la administración de “Alias Hurtado”, ¿este fue uno de los mayores reclamos ciudadanos? Se prometió una solución estructural, es más con complicidad de esos medios que ahora tienen jugosos contratos con la administración municipal, manifestaba “IBAGUE EVOLUCIONA”. Se habló de inversión. Se habló de gestión. Y hoy, casi cuatro años después, de una administración que engañó a todos los ciudadanos, seguimos esperando.
Qué dolor y vergüenza que justo ahora entramos en Semana Santa, cuando la ciudad recibe miles de visitantes y producto del continuismo de “alias hurtado”, la musical se encuentra destruida ¿Con qué cara vamos a ver y hablarle al turista, que argumento le daremos?. Es que esta alcaldesa… pero si la ciudadana sabía que era el continuismo de “alias Hurtado”, un problema estructural que se maneja con pañitos de agua, pero eso sí, shows mediáticos permanentes, que tanto daño nos están haciendo, cada día más sumisos a la falta de suministro de agua, recolección de basuras y malla vial destruida ¿Qué experiencia se lleva el turista que, tras recorrer nuestras montañas, llega a su hospedaje y se encuentra sin agua para ducharse?.
La estrategia de poner alias a todos parece una forma de desviar la atención o más bien llamarla, creando la narrativa de enemigos, pero acá el único enemigo del pueblo es quien se hurta los sueños, y si hablamos de traiciones quien más indicado para ello, hasta traicionó al pueblo ibaguereño, entonces quizás no nos fijamos en que los verdaderos dramas no son entre políticos, sino entre ciudadanos y la negligencia institucional. En esa novela, el villano no tiene alias: se llama desidia hurtada.
Alias Hurtado podrá seguir bautizando a quien quiera con seudónimos rimbombantes, pero lo que no puede esconder “ni con cien apodos” es su responsabilidad en el desastre que hoy enfrentamos. Porque mientras él juega a narrador de serie, Ibagué sigue sedienta, olvidada... y sin respuestas.
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