La reforma tributaria en Colombia es un hecho, se justifica en el trabajo desde lo social realizado por el gobierno nacional en el 2020 y las proyecciones de 2021 en materia de inversión desde lo social e infraestructura. 

Los pensionados reclaman mayor entereza del gobierno nacional al momento de poner sobre el papel el proyecto de ley final, aunque algunos expertos tributarios indiquen que los impuestos que pagan los pensionados son menores a la media internacional.

Lamentablemente en nuestro país, de acuerdo a la Contraloría General de la Nación, en el 2020 la corrupción estuvo en un máximo histórico de 50 billones de pesos, es decir tres reformas tributarias que, sumados al cálculo de expertos en materia de elusión y evasión, conducirían a contar con otros 50 billones de pesos más.  Las palabras sobran frente a este cálculo que le permitiría a nuestro país con cerca de 100 billones de pesos reducir los índices de pobreza que ahora están proyectados a volver a como estábamos antes de iniciar la pandemia 10 años. 

Los expertos plantean trabajar de manera gradual en todo el sistema tributario que por su complejidad requiere de objetivos a mediano y largo plazo que robustezcan el sistema en aras a fiscalizar de manera más efiente a los colombianos.

Brian Arnold, experto tributario internacionalista, aconsejó ampliar la base gravable del impuesto de renta y eliminar exenciones tributarias. De igual manera ampliar los bienes y servicios que hoy tienen el Impuesto de Valor Agregado, IVA.

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En el corto plazo se deben eliminar incentivos fiscales que desvirtúan y destruyen el comportamiento económico, porque al no existir igualdad en las inversiones por sectores se incentiva la evasión fiscal.

Frente al IVA plantea Arnold y sus compañeros del Tribunal de Expertos, la necesidad de gravar todos los bienes y servicios sin excepción, indica que esto permite un mayor ingreso como país, luego devolver ese dinero en un mecanismo de compensación para las personas más pobres que gastan mucho más que las personas con mayor solvencia económica. 

La dificultad es política, de decirle a la gente que vamos a poner un impuesto de 19% a la compra del pan o de la harina. Es una propuesta difícil para los propósitos políticos y esto ha hecho que prácticamente en todos los países no se imponga el IVA sobre todos los bienes de la canasta familiar.

La tarifa de 5% de IVA podría aumentar a 10% o 12% para una serie de bienes y servicios, y eso aumentaría los ingresos.

¿Se deberían gravar las pensiones?

En Colombia se brindan deducciones a las personas que aportan a sus planes de pensiones, pero no se grava el pago de las pensiones cuando las cobran. Eso no tiene mucho sentido, indicó el experto “los patrones básicos que usan los países en todo el mundo es que se puede obtener una deducción por las contribuciones, pero se grava los pagos de las pensiones, así brindas a las personas el beneficio de deducción de impuestos y se incentiva a ahorrar para la jubilación. La otra alternativa es no dar deducciones por aportes a planes de pensiones, pero luego no gravar los pagos”.