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El que la hace, la paga

El que la hace, la paga

Y claro, los que pusieron al títere Duque en el solio presidencial también ganarán plata o plomo, como corresponde a los mafiosos. El Ñeñe fue quien puso los dineros del narcotráfico para comprar los votos de la elección presidencial y asegurar que narcoparamilitares siguieran gobernando, pero recibió plomo; en cambio, Otoniel ha recibido trato preferencial, con entrega acordada, cambuche prístino, botas nuevas, sopita detrás de cámaras y selfie con los soldados que lo “capturaron” sólo en la selva, sin esquema de seguridad y ni siquiera un cortaúñas para defenderse de sus enemigos. La farsa es tan descarada que el mismo Otoniel aparece sonriendo en las fotos y videos. Sólo cuando lo reseñaron tiene cara de preso preocupado. Seguramente le dijeron: “Viejo Oto, te estás tirando el show, ya se están dando cuenta de que todo esto es un montaje, poné cara de bravo, así sea para la fotico”.

Ojalá las fuerzas militares fueran así de amables con los niños a los que bombardean en la selva y luego presentan como “máquinas de guerra”, o con los vendedores ambulantes a los que patean sus carritos de comida y encuellan entre varios, o con los estudiantes a los que atacan con tanquetas y fusiles esperando, al menos, sacarles un ojo. Esas son las milicias oficiales de Uribe, las que asesinan a los jóvenes en los barrios, pero le cargan la coca a las avionetas de la “gente de bien”, como el esposo de la narcomediante. Las milicias no oficiales ya las conocemos desde las Convivir…

“El que la hace la paga”. Otoniel la supo hacer, se entregó y fue protagonista del falso positivo del año, no me extrañaría que hasta le hayan pagado. En cambio, los niños reclutados a la fuerza por la guerrilla, los vendedores sin trabajo que salen a rebuscar su comida, los estudiantes que protestan por la injusticia social, no lo saben hacer; ellos sí tienen que pagar hasta con la vida.

 

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