Columnistas
Vamos a brindar por el ausente
La navidad es una época de paz y felicidad, son fechas especiales donde muchos otorgan presentes económicos, otros encuentros familiares donde la cena es la mejor excusa para vivir momentos únicos e irrepetibles. Pero otra es la cara de la moneda para quienes enfrentan en estas fechas la ausencia de un ser querido que ha fallecido. Emociones encontradas de sentimientos fuertes donde la tristeza por esa perdida es el común denominador.
Nos pasó como familia hace 10 años, era un 15 de diciembre cuando en Bogotá recibimos la noticia que mi hermano mayor, quien había cumplido 40 años cinco días antes, era una nueva víctima del conflicto armado que se vivía en Colombia. Un artefacto explosivo dirigido a la Policía en el Cañón del Combeima cobraba la vida de dos personas que pasaron en ese instante por el lugar, uno de ellos Luis Arturo Viña Pardo.
Vivimos con ese recuerdo por estas fechas. Mi madre de manera silenciosa no demostraba esa angustia porque decía que los muertos siempre tenemos que recordarlos en sus mejores momentos. Ahora con una doble ausencia, generada por el fallecimiento de mi madre hace tres años ya, celebrar las navidades se convierte en un reto donde debemos honrar su memoria y recordarlos siempre sonriendo y compartiendo con nosotros, dando lo mejor de ellos para estas festividades.
Para Mónica Gonzalo Caballero, psicoterapeuta familiar, muchas personas toman como opción el no querer despertar el 24 de diciembre. “Esto no es nada recomendable puesto que no haría más que aumentar el dolor profundo por el que está atravesando». Pero Gonzalo Caballero va más allá y señala que en muchos casos es muy habitual que florezca un sentimiento de culpa por sentir que hace mal por celebrar las navidades sin este familiar que no está: «¿Es normal que me ría cuando esa persona tan especial ya no está a mi lado?».
Ante esta serie de sentimientos y contradicciones al vivir un duelo en estas fechas, Mónica Gonzalo recomienda seguir las siguientes pautas que fueron tomados del portal web abc.com:
—Planifica las fiestas: tener una organización clara de estos días de celebración te dará la calma que tanto necesitas para esta situación de por sí estresante y, si fuera necesario, delega en los demás, quienes te rodean entenderán que hay cosas para las que aún no te sientes preparado.
—Respeta tu propio proceso de duelo y el de los demás: Es probable que los recuerdos traigan lágrimas y sonrisas a partes iguales y dependiendo del momento, o que simplemente no tengas ganas de hacer nada. Sé paciente con tus emociones: permítete hablar de tus sentimientos sin tenerles miedo, llorar a ratos y disfrutar otros…
También respeta el proceso de duelo de los demás familiares, no hay dos duelos iguales: hay personas que parecen indiferentes, otras que necesitan llorar, otras que están enfadadas, otras que prefieren hacer cosas divertidas para no pensar en la persona fallecida… Hay tantas formas de afrontar una pérdida como personas y es importante que les respetemos, ya que no siente más dolor quien más llora, ni viceversa.
—Déjate ayudar: son momentos difíciles para ti, permite a la gente que te quiere que te ofrezcan su ayuda, pueden ayudarte en asuntos prácticos como por ejemplo, hacer la cena de Navidad o acompañarte a la compra de regalos, pero también pueden ayudarte a desahogarte, apóyate en la gente que tienes cerca y coméntales tus preocupaciones, miedos y pesares si lo necesitas o simplemente pídeles su compañía para dar un paseo o para cualquier otra cosa que te apetezca.
—Simboliza a tu familiar fallecido: esa persona especial ya no está físicamente, pero tú puedes hacer que siga estando presente. Puedes encender una vela el día de Navidad en su honor, poner un adorno especial en el árbol que lo represente (incluso hacerlo a mano con frases que te recuerden a esa persona, fotos, imágenes…), escribirle una carta, hacer un álbum de fotos con momentos especiales que has compartido con esa persona…
Estos rituales los puedes hacer en solitario o con el resto de tus familiares, pero sobretodo, depende de ti, no te obligues a hacer algo para lo que no te sientas preparado, haz lo que te haga sentir mejor para recordar a esa persona especial que ya no está.
—Incorpora nuevos rituales y tradiciones: todo ha cambiado y nada volverá a ser como antes, el fallecimiento, por desgracia, marca un antes y un después. Por este motivo, puedes crear un nuevo ritual que se puede repetir todas las navidades que permita recordar al familiar fallecido, como por ejemplo, hacer alguna actividad especial en familia, como mirar fotografías y contar anécdotas de ese familiar, escuchar su canción preferida, hacer su comida favorita…
Van a ser momentos muy emotivos en los que podrás apoyarte en tus seres queridos y que van a permitir sentir a ese familiar entre vosotros. Es aconsejable que estas nuevas tradiciones las establezcáis entre toda la familia, para que sea algo compartido y consensuado entre todos, ya que cada uno tiene su ritmo y necesita su tiempo, hablándolo entre todos, mediante una escucha activa, favorecerá que todos os sintáis representados, escuchados y comprendidos.
—Mímate: dedícate un tiempo en exclusiva para ti, para relajarte, para descansar o para hacer algo con lo que de verdad disfrutes. Es muy probable que estos días estés especialmente cansado por la gran intensidad emocional que estás experimentando, no tengas miedo a reconocer tu cansancio, tanto físico como emocional.
Y si hay niños en casa...
En el caso de que haya niños que también estén atravesando un periodo de duelo, ¿debo preguntarle a mi hijo cómo quiere celebrar las navidades? ¿Debo hablar de la persona ausente o eso solo le causaría más dolor?
Según apunta Mónica Gonzalo hay varios estudios que apuntan que no es hasta los 7 años cuando los niños asumen la mortalidad como algo definitivo, y aún así, no acaban de entenderlo cuando es su familiar el que falta. «Por este motivo, debemos hablar con los más pequeños, estableciendo una comunicación honesta y adaptada a su etapa evolutiva donde se sientan cómodos y arropados a la hora de plantear sus dudas acerca de los cambios que se han producido en la familia y todas las preguntas e inquietudes que les plantee la pérdida».
Añade que es importante que los más pequeños se sientan valorados y escuchados, por lo que recomienda que se les pida su opinión acerca de la celebración de las navidades y cómo quiere recordar a este ser querido, lo que les hará sentirse importantes en la familia y que forman parte activa de estos días tan especiales.
«Lo que está claro —señala esta psicóloga— es que estas fiestas son una época complicada para las familias que están atravesando un duelo y que éstas no volverán a ser cómo antes. Se trata de unas “nuevas navidades” que no tienen porqué ser negativas, si no diferentes. No hay una manera correcta para celebrar estas fiestas en las que echamos de menos a una persona querida, sin embargo, podemos recordarla de alguna forma, sentirla, tenerla presente y dejarnos arropar por los que sí están, por los que nos rodean y nos quieren y disfrutar con ellos de los buenos momentos que están por llegar».
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