Columnistas
Tenemos un Presidente que honra su plan de gobierno

Por Luis Guillermo Pérez Casas
*ExSuperintendente de Subsidio Familiar. Exmagistrado CNE. Defensor de Derechos Humanos.
En el Senado Laureano Gómez, mentor del fascismo en Colombia, en la que se nutrió el padre de Álvaro Leyva Durán, Jorge Leyva Urdaneta, contra el gobierno liberal y contra las reformas, manifestó “debemos acudir a la acción directa y el atentado personal” con el objeto de “hacer invivible la república” hasta que el poder volviera a las manos del conservatismo.
Con ese propósito fundó su periódico El Siglo en Bogotá, al que le hacía eco la prensa reaccionaria en las regiones, El Colombiano de Medellín, la Patria de Manizales, la Claridad de Popayán… y los curas enemigos del mensaje de Cristo desde los púlpitos. Así se sembró la violencia genocida contra el Movimiento Gaitanista y el magnicidio de Jorge Eliécer Gaitán.
Álvaro Leyva hizo parte del complot que pretendió derrocar a Ernesto Samper Pizano; en nombre de la paz, el M-19 lo hizo constituyente en 1990 y en nombre de la paz, el Presidente Gustavo Petro con generosidad lo hizo canciller. Álvaro Leyva por su vileza y su deslealtad debería llegar al círculo más profundo del infierno de Dante, el noveno, donde Lucifer devora a los traidores más grandes de la historia, a Judas, Bruto y Casio.
Tengamos siempre presente la estrategia de los fascistas, sembrar toda la violencia posible, para aparecer ellos luego como los salvadores del orden contra la inseguridad y la anarquía.
Debemos rodear y defender nuestro gobierno legítimo y popular de Gustavo Petro contra cualquier intento nacional y/o extranjero de derrocarle, de propiciar un golpe de Estado. El establecimiento colombiano debería aprender de las lecciones de la historia, el genocidio contra el gaitanismo, el magnicidio de Gaitán, de Pardo Leal, de Galán Sarmiento, de Bernardo Jaramillo, de Carlos Pizarro Leongómez. No impidieron que el pueblo democráticamente decidiera elegir un gobierno de origen popular, el Gobierno del Cambio, no se equivoquen.
Hemos tenido a un Presidente que no ha usado su condición de Jefe de Estado, de Gobierno y Supremo Comandante de las Fuerzas Armadas para reprimir a la oposición ni a sus movilizaciones, ni para censurar a los medios del establecimiento que le atacan sistemáticamente, ni para violentar los derechos humanos de nadie.
Tenemos un Presidente que honra su plan de gobierno y que ha logrado las reformas sociales que sus predecesores le negaron al pueblo, tenemos un gobierno que cumple su obligación constitucional del Estado Social de Derecho y de actuar a favor de los más vulnerables. Tenemos un gobierno que le ha reconocido derechos al pueblo, al tiempo que no ha expropiado ni empresas ni haciendas. Tenemos un gobierno que ha manejado con gran responsabilidad las finanzas del país y tenemos una de las economías más estables del continente, pese a que se mutiló la reforma tributaria y el Congreso hundió la propuesta de ley de financiamiento.
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Tenemos un gobierno donde los pobres son menos pobres y los ricos son más ricos. Tenemos un gobierno que no se hinca ante el poder imperial, sino que reclama el respeto de la Carta de las Naciones Unidas. Tenemos un gobierno que no se silencia ante la arbitrariedad, ni ante las guerras, ni ante el genocidio de Israel contra el pueblo palestino. Tenemos un gobierno que no es perfecto, porque es tremendamente humano, pero no se equivoquen,
Recuerden el mensaje de Gaitán en la Oración de la Paz clamando porque cesara el exterminio de su movimiento “amamos hondamente a esta patria nuestra y no queremos que nuestra nave victoriosa navegue sobre ríos de sangre”. Tenemos un Presidente que no usa motosierras para masacrar a su pueblo, pero que empuña la espada de El Libertador para seguir luchando por las libertades, la justicia y la paz, para dejar claro que este pueblo no dejará masacrar la democracia.
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