Columnistas
Television vs aviación
El que manda, manda y los demás a la fila…
Por los canales institucionales se han estado presentando, en blanco y negro, los primeros programas de la televisión en Colombia, en el mes de junio de 1954.
Poco o nada se ha dicho sobre el gestor de dicha empresa. Fue el Teniente-General Gustavo Rojas Pinilla, quien asumió el poder el 13 de junio de 1953, pocos días después, tomó la determinación de traer e instalar la televisión en el país.
La misión fue encomendada al joven y dinámico Ingeniero Fernando Gómez Agudelo, de tan solo 22 años de edad. El presidente, General Rojas Pinilla le fijó como fecha de inauguración el 13 de junio de 1954. Algo menos de un año para que entrara a funcionar la televisión.
A marcha forzada se desarrollaron todos los trabajos, fueron contratados técnicos cubanos (allí la TV era prácticamente una empresa americana, con los últimos adelantos de la época). Los equipos se adquirieron en Alemania y Estados Unidos y se adelantaron (sin trabas) todos los trámites para su importación. En Bogotá, se adecuaron unos salones como escenarios en la biblioteca Nacional (Calle24– Cra.5) y en la Radiodifusora Nacional.
Se trajeron televisores Philips, Philco y Zenith, que se vendieron al costo por intermedio de la Caja Agraria y del Banco Popular. Los entregaban con antena y cable, más sus respectivos accesorios.
A su vez funcionaba desde 1938, un organismo estatal para el control de la aviación denominado: Dirección General de la Aeronáutica Civil, que debía autorizar el aterrizaje en cualquiera de los aeropuertos del país de todos los vuelos internacionales.
Para el transporte (traída) de los equipos de televisión, fue contratado un moderno avión de buen tamaño y capacidad. Un Lockheed-Constellation de cuatro hélices y un empenaje (cola) de tres estabilizadores verticales y un estilizado fuselaje en forma de delfín. (Se fabricó en Burbank, Califonnia entre 1943 y 1958 y fue el primer Air Force One al servicio del presidente Dwight D Eisenhower.
Con gran expectativa en Bogotá se adelantaron todos los preparativos para recibir los equipos (camiones, montacargas, grúa, braceros, técnicos, fotógrafos y periodistas)
Cuando el avión entro en territorio Colombiano, pidió la reglamentaria autorización para el aterrizaje. Autorización que de plano fue negada por la Dirección General de la Aeronáutica Civil, con el argumento que “el aeropuerto de Techo, no estaba reglamentado para recibir aviones tipo Super-Constellation. ¡Confusión total!
Desconcertado el Ingeniero Fernando Gómez Agudelo, no tiene alternativa diferente que trasladarse a la Casa de Nariño, para pedir ayuda al General Rojas Pinilla, quien visiblemente molesto se dirigió a la secretaria y regreso con una hoja de papel en la mano, que entrego a Gómez Agudelo, diciéndole “Ya está todo solucionado, usted acaba de ser nombrado Director de la Dirección de General de la Aeronáutica Civil”.
El 13 de Junio de 1954 (primer aniversario del gobierno del General Gustavo Rojas Pinilla) se transmitió el programa inaugural de la televisión en Colombia desde la Casa de Nariño.
Ahora quien podrá defendernos
Con una pasividad asombrosa contemplamos como los “vándalos” se han apoderado de calles y ciudades. Ahora llegan al cinismo de lanzar comunicados anunciando sus futuras felonías disfrazadas como Derecho a la Protesta. Los unos decimos “Yo no viajo en Transmilenio” y los otros “Yo tengo mi local con una buena póliza de seguros”, resumiendo: “ese problema no es mío”, Sin tomar conciencia que detrás de la deplorable situación de orden público se está gestando una verdadera revolución, a la que estamos respondiendo con tímidos mensajes de condolencia, pero no hemos tomado conciencia ni pensamos en un verdadero “frente común”.
Se ha tomado a la Policía como la manzana de la discordia y cualquier perico de los palotes, pontifica proponiendo reformas, cuando la realidad es que se está minando la fuerza de la Policía para hacerla inoperante. A la Policía se le ha quitado toda la “fuerza” o “capacidad de acción”; inclusive el derecho individual a la Legitima Defensa.
La mamá ejercía la autoridad en la casa y en ocasiones apelaba a la temida “chancleta” y todo funcionaba con disciplina y orden…. Pero ahora no hay autoridad ni chancleta.
Las propuestas (de supuestos expertos) algunas rayan en lo ridículo: “Que se les cambie el color del uniforme por un color más amable”. Semejante idiotez, ¿acaso el color de un uniforme hace a un funcionario mejor o peor? (Si esto es así, cambiémosle el uniforme a los médicos y enfermera y así terminamos con la pandemia). pandemia). El objetivo es minar el espíritu de cuerpo de los agentes del orden. Con frescura pasmosa, sugieren el paso de la Policía al Ministerio del Interior o en su lugar al de Justicia. Tamaño desafuero, pasar a la fuerza pública a un ministerio civil con sentido netamente político, seria retroceder más de medio siglo y caer en la fatal “policía política”. Conociendo nuestra idiosincrasia, al día siguiente tendríamos a todo el personal sindicalizado y ejerciendo el derecho a la huelga (seguramente con sobradas razones). Además quedarían cobijados por el Código Laboral (ordinario) con limite en la jornada de trabajo y devengando: horas extras, nocturnas, dominicales y festivos. Recordemos que la entidad de seguridad carcelaria, el INPEC cuenta solamente con 82 sindicatos (sobra cualquier comentario).
Con suficientes razones, nos advierte el Sr. Almirante Pablo Romero Rojas cuando dice: “….La táctica no es nueva: es la misma que utilizaron Lenin, Trotsky, Dzerzhinsky, Glezarov, para la conformación del Ejército Rojo requerido para y por la revolución Bolchevique, que desde entonces han calcado todos los movimientos comunistas a lo ancho del orbe. Fue el mismo recurso utilizado por la dirigencia cubana para su revolución y por Chávez, José Vicente Rangel y otros grisáceos “apparatchiks” involucrados en la perversión de la FANV con métodos y resultados evidentes.
Los impulsores (en Colombia) de las reformas son reconocidos simpatizantes, colaboradores o ex miembros de organizaciones terroristas, con indudables intenciones de obtener mediante abuso de las instituciones legítimas, lo que no pudieron lograr mediante la agresión armada. Por ello no tienen (y no debería serle reconocida) autoridad moral para proponer reformas.
El patrón es claro: romper la disciplina castrense, resquebrajar el espíritu de cuerpo, violentar la jerarquía y debilitar el mando e ideologizar la tropa para facilitar la toma del poder y establecer la supuesta “dictadura del proletariado”; hechos al poder, introducir rígido control de la Fuerza Militar mediante “Comisarios Políticos” y en ultimas sembrar una “Inteligencia Militar Política” o una “ Comisión Extraordinaria de Vigilancia”; es decir , la tenebrosa CHECA , creatura de Félix Dzerzhinsky, que llego a ser la máxima responsable de la matanza de millones de rusos, en la labor de consolidación de la más eficiente maquinaria de muerte que ha conocido la historia . En términos criollos , para nuestro caso es dar a nuestra Fuerzas Armadas y de Policía la estructura de las FARC , ELN ,EPL, M19 , del macabro comando “ Ricardo Franco “ o del actual FANBV , con sus tétricos SEBIN (Servicio Bolivariano de Inteligencia ) y DGCIM ( Dirección General de contra- inteligencia ) Nuestras Fuerzas Armadas y de Policía enfrentan dificultades; en actitud que les honra, todos los Soldados y Policías son los primeros en admitirlo ; su misión es de la mayor delicadeza y de la máxima responsabilidad ; requieren por ello permanente apoyo y adecuaciones, amén de vigilancia y control. Pero ello es y debe ser siempre, asunto del Ministerio de Defensa, de las propias Fuerzas Armadas y de todos los colombianos de bien es decir del auténtico pueblo soberano y del orden institucional que se ha dado.
A la caótica situación debemos agregar el fenómeno de la educación en el país, los auto- denominados docentes, formando la niñez dentro de los principios de la agresión y el desconocimiento de las fuerzas del orden.
“Para destruir cualquier nación, no se requiere el uso de bombas atómicas o de misiles, solo se requiere de un bajo nivel educativo, ignorancia de su historia y que los estudiantes hagan trampa en los exámenes y ante cualquier barrera que encuentren en la vida” (Aviso en la puerta de entrada de la Universidad de Sudáfrica)
Aquí hace años se retiró la Historia, la Urbanidad y la Cívica del pensum estudiantil.
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