Como fundadoras del colectivo Juntas & Revueltas, entendemos la sororidad como una poderosa alianza entre mujeres, incluso cuando apropiamos diferentes formas de lucha dentro de nuestro feminismo infinito y universal, con todas sus apasionantes y necesarias discusiones aquí y allá. Una de nuestras mayores riquezas y defensas siempre será la diversidad en el ser, pensar, sentir, actuar y vivir de todas las personas.

La semana pasada, en la entrada al batallón Jaime Rook, en Ibagué, mujeres organizadas realizaron un escrache a raíz de los recién conocidos hechos de violencia contra niñas y mujeres indígenas por parte de soldados del Ejército nacional. Aquí es donde queremos detenernos e incitar reflexiones más profundas y francas: tenemos derecho a estar enojadas y a expresar esa rabia como nos parezca (en Colombia, una de cada tres mujeres sufre de violencia física o sexual. 

¿Más claro? Hagamos un ‘tin marin de do pingüé’ entre su mamá, su hermana y una compañera del trabajo). Por lo tanto, resulta lamentable que en el contexto local, estos actos de protesta (llamada acción directa) sean descalificados por la opinión pública y terminen, en últimas, por soslayar los reclamos justos y necesarios del feminismo ante las barbaridades que seguimos soportando las mujeres a diario. ¡Queremos justicia! La diferencia de fuerza bruta entre un hombre y una niña o mujer no puede seguir siendo el criterio, consciente o inconsciente, que prevalece para que los agresores nos violenten y deshumanicen. 

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Nosotras, las Juntas & Revueltas, hemos empezado a adoptar formas de manifestación propias y nunca pretenderemos que en las demás uniones se piense o actúe como acá, pues a todas, desde todas las latitudes y por encima de todo, nos une la batalla contra maltratadores, abusadores, acosadores y violadores, y la vamos a ganar. Son ellos quienes van en contra de los derechos humanos y es en ellos que hay que poner el foco, en cualquier lugar del planeta.

Históricamente, las garantías y oportunidades que hemos conseguido no las ganamos por "vernos bonitas quedándonos calladitas". Necesitamos todo tipo de activismo (en tanto no se vulnere la vida, en términos biológicos). Debemos tener una mirada crítica y desprovista de prejuicios para evaluar nuestra realidad individual y colectiva, porque una vez decidimos verla a través del lente del feminismo, no hay vuelta atrás. Una vez comprendamos que podemos ser más, y aspirar a más, podremos construir una Ibagué y un Tolima libre de machismo y de violencia.

Queremos darles noticias de este tipo también y que diariamente los titulares sean: "La indignación de las mujeres es imparable". 

Carolina, Diana, Greis, Juanita, Karla, Laura, María del Mar, Michelle, Natalia, Paula María, Valentina & Yajaira