Por Felipe Ferro
*Presidente de la Asamblea Departamental del Tolima

Este logro alcanzado por nuestra Gobernadora Adriana Magali Matiz no solo marca un hito en la historia de nuestro departamento, es la primera vez que un gobernador del Tolima ocupa esta posición, sino que también reconoce la fuerza y el compromiso inquebrantable de una mujer que, incansablemente, ha hecho de la seguridad y el desarrollo del Tolima su misión de vida.

Desde el primer día de su mandato, la Gobernadora Matiz no ha dado tregua. Como un roble firme en medio de la tempestad, su liderazgo ha sido ejemplar. Con una energía que parece inagotable, lidera y trabaja sin descanso, día y noche, para que cada rincón del Tolima sienta la presencia de un gobierno que está dispuesto a defender a su gente.

Ha sido una figura clave para contener las amenazas de grupos narcoterroristas en el departamento, quienes, intentando tomar el control, se han topado con la férrea resistencia de una gobernadora que ha puesto la seguridad como bandera, siguiendo el legado de seguridad democrática que ha defendido mi partido el Centro Democrático.

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Es imposible ignorar que esta labor titánica se ha enfrentado también con los desafíos de un contexto nacional adverso. El gobierno de Petro, con sus políticas de “paz total” que premian a los violentos y dejan indefensos a los ciudadanos, ha dado la espalda al Tolima. Sin embargo, Adriana Magali Matiz ha sido una voz disidente, una voz firme y valiente que no ha dudado en denunciar lo que considera un exabrupto ideológico.

Esta postura ha sido no solo un acto de valor, sino también una muestra de lealtad hacia su tierra y hacia todos aquellos que creen en un Tolima seguro y próspero. Sin importar cuántas puertas se le cierren, nuestra gobernadora sigue adelante con valentía, demostrando día a día que las acciones valen más que las palabras.

Cada acción de nuestra gobernadora demuestra un compromiso tangible. Ha transformado al Tolima, y su trabajo se refleja en los resultados visibles en seguridad, desarrollo social y bienestar. La doctora Matiz personifica el espíritu trabajador y luchador de la mujer tolimense, un ejemplo que enorgullece y da esperanza. No hay dudas de que su legado quedará marcado en la historia del Tolima como un punto de inflexión, un momento en el que el departamento avanzó hacia un mejor porvenir.

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No me equivoqué en apoyar a esta gran mujer. El Tolima, gracias a su liderazgo, avanza con paso firme, y estoy seguro de que este reconocimiento nacional es solo el comienzo de lo que Adriana Magali está destinada a lograr. El país necesita líderes así, líderes que no teman alzar la voz ni enfrentar la adversidad. Con el corazón en la mano, celebro hoy su éxito, sabiendo que aún le queda un largo camino por recorrer y muchas batallas por ganar.