Hasta el momento solo se habla de la quemada de los hermanos Guillermo Alfonso y Mauricio Jaramillo Martínez, del excongresita Emilio Martínez Rosales y del exsenador Carlos García Orjuela, pero se calla la quemada que también se pegaron Carlos Edward Osorio, Rubén Darío Rodríguez y Pompilio Avendaño.

A estos últimos se les quemaron sus patrocinados a la Asamblea del Tolima y el Concejo de Ibagué; y sobre eso, poco o nada se ha hablado. Han pasado de agache.

Osorio, Rodríguez y Avendaño, a través de cuerpos ajenos aspiraban tener representación en estas corporaciones con tan mala suerte que sus candidatos se chamuscaron.

Estos dirigentes también sufrieron las consecuencias que dejaron las urnas en las elecciones el pasado 27 de octubre, y en peores condiciones que los primeros, porque estos al menos, sacaron representación, así sea escasa en estas corporaciones, pero tienen sus fichas en estos escenarios de la engañosa democracia que tenemos, mientras los otros quedaron borrados de la Asamblea y del Concejo de la capital del Tolima.

En el caso de Carlos Edward Osorio, sus patrocinados Diana López a la Asamblea, y Diego Andrés Balbuena al Concejo, se ahogaron. Martha Ruiz, quien salió reelegida al Concejo no tuvo el respaldo de dirigente del Centro Democrático; el candidato por el que se jugó Pompilio Avendaño a la Asamblea Freddy Torres, se le quemó, mientras que para el concejo dicen que apoyó como a tres. Todos salieron, incluyendo a César Franco, pero porque tienen fuerza electoral propia, y con o sin el apoyo de Avendaño hubieran salido, dicen los entendidos en esta materia de cifras electores.

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El exalcalde Rubén Darío Rodríguez, merece párrafo aparte, viéndolo bien, fue el más damnificado. Su candidato al concejo de Ibagué, Juan Carlos Guzmán, se quemó y escasamente sacó más de mil votos. Apoyó a la Asamblea al candidato que tenía el respaldo del gobernador Óscar Barreto que fue el de más votación, Giovanni Molina, pero siendo reales, Rodríguez no tiene electorado fuera de Ibagué,  y  los pocos votos que tiene en esta ciudad, fueron menos que los que sacó su candidato al concejo.

De tal suerte, que los retozos de victoria que salió a cantar en algunos medios de comunicación por la derrota sufrida por su exjefe Liberal Mauricio Jaramillo, se parecen más al pasaje bíblico de ver la Paja en el Ojo Ajeno, mientras pasa por alto la viga que ten en el propio.

El trashumante 'Rubencho', no tiene la autoridad ni el peso para hacer juicios políticos, muchos menos para proclamar victorias ajenas, escondiendo su propia derrota.

En resumen, lo que les sucedió a estos quemados que quieren pasar de agache, es el fruto de su propia politiquería. No lograron superar sus defectos ni errores de campañas anteriores, y quieren mantener vigencia y convertirse en protagonistas en cada campaña cuando ya sus fuerzas escasamente les alcanza para ordenar en su casa, y eso si acaso, porque ya ni sus propias familias los obedecen o les copian, como dicen los muchachos.

Pero como tienen como credo aquella premisa turbayista de que no existen "muertos políticos", seguramente los veremos en las próximas elecciones en lo mismo y cobrando por ventanilla a ver qué puesto o contrato reclaman.